Declararon no culpable al único preso por el homicidio del “dueño” de todos los secretos de las grandes bandas narco

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“No culpable”. Un jurado popular decidió que, Marcelo Padovani, alias Pelado y único detenido por el homicidio de Diego Xavier Guastini, quien fue el cerebro financiero de las grandes bandas narco que operaron en la Argentina, no debía ser condenado por el crimen.

El veredicto de no culpabilidad fue dado a conocer hoy a la tarde. En su alegato, la fiscal María de los Ángeles Attarian había solicitado que Padovani fuese declarado culpable por considerarlo autor del delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, que prevé una pena de prisión perpetua. Entonces, para que Padovani fuese declarado culpable debía haber unanimidad en los votos de los 12 jurados.

El Ministerio Público Fiscal y el particular damnificado no pueden recurrir la decisión del jurado popular. La defensa, a cargo de los abogados Ernesto Carrera y Jorge Cachi, pidieron habían solicitado en su alegato la declaración de no culpabilidad para su cliente. El Pelado, por el momento, no recuperará la libertad porque cumple una condena impuesta por un tribunal de Lomas de Zamora.

El 28 de octubre de 2019, Guastini, contador de profesión, fue ejecutado de tres balazos a plena luz del día a pocos metros de la Municipalidad de Quilmes.

Diego Xavier Guastini

Según un dictamen de las fiscales de Quilmes Karina Gallo y María Clarissa Antonini, del fiscal federal de Lomas de Zamora Sergio Mola y de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por Diego Iglesias, el Pelado había sido el conductor de uno de los vehículos de apoyo de la moto en la que se movilizaba el sicario que ejecutó a Guastini.

Según los representantes del Ministerio Público, el día del crimen, Padovani conducía un Ford Fiesta Kinetic bordó que estuvo en la escena del crimen. Fue arrestado en junio de 2021 por detectives de la División Investigación de Homicidios de la Policía Federal Argentina en Quilmes.

“Se observó que el vehículo Ford Fiesta Kinetic bordó encabezó la fila, dando aviso, de esta manera, del inminente arribo de la víctima, haciéndolo segundos después la camioneta color blanco que se detuvo delante del auto en el cual circulaba Guastini, mientras que en Alberdi y General Paz aguardaba, a unos 50 metros, sobre la primera arteria mencionada, el autor material del suceso investigado. Luego de esta secuencia se observó que el Ford Fiesta Kinetic, una vez cometido el hecho y durante todo el recorrido de fuga de la motocicleta, circulaba por detrás brindando apoyo en la huida, hasta la intersección de Primera Junta y Mozart, dado que más allá de esas arterias, hasta el momento, no se han podido observar otras cámaras de seguridad. Seguidamente, se observó el recorrido en sentido opuesto del vehículo, lo que haría suponer que durante esos minutos los ocupantes de ambos vehículos mantuvieron un encuentro fuera del alcance de las cámaras. Finalmente, el vehículo supuestamente conducido por Padovani se dirigió hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, se describió en el dictamen donde se pidió la detención del sospechoso.

El Pelado no habría ido solo a la Capital. “Se logra advertir que el rodado [Ford Fiesta Kinetic] circula hasta la zona del Obelisco y que concretamente se detiene a las 10 sobre Carlos Pellegrini, metros antes de su intersección con Sarmiento, lugar donde del asiento del acompañante desciende un sujeto [sic] que viste prendas oscuras similares a las del autor de los disparos, en tanto el vehículo reanuda la marcha y se dirige nuevamente hacia la provincia de Buenos Aires”, sostuvieron Gallo, Antonini, Mola e Iglesias en el citado dictamen.

Los sicarios que fueron a dispararle a Diego Xavier Guastini a metros de la Municipalidad de Quilmes, el 28 de octubre de 2019

El juicio estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Quilmes y el debate fue coordinado por el juez Pablo Pereyra. El abogado Fernando Arias Caamaño llevó la acusación de la particular damnificada: la esposa de Guastini, María Soledad Castro.

Guastini declaró en varios expedientes como arrepentido y como testigo de identidad reservada. Era quien se encargaba de entrar a la Argentina valijas llenas de dólares y euros que se pagaban en Europa por valiosos cargamentos de cocaína. Cobraba un porcentaje por sus servicios. También diseñaba la logística para lavar los millones que los narcos ganaban con las toneladas de cocaína que vendían. “Dolarín”, le decían…

Su aporte como arrepentido ante la Justicia tuvo un fuerte impacto en varios expedientes. Lo que no se sabe es cuánto de lo que sabía llegó a contar antes de que lo callaran para siempre.

El acusado, Marcelo Padovani, y sus dos abogados

En septiembre de 2019, en un juicio abreviado, Guastini fue condenado a tres años de prisión en suspenso como integrante de una asociación ilícita dedicada al contrabando de divisas.

“Tenía un mecanismo aceitado para poder ingresar el dinero en la Argentina. Sus clientes eran poderosos narcos que lo contrataban para que les trajera los millones que a ellos les pagaban por los cargamentos que exportaban. No hay dudas de que tenía un contacto en el aeropuerto de Ezeiza que dejaba pasar a las ‘mulas’ que mandaba a Europa para que volvieran con valijas llenas de dólares y euros en vuelos regulares. Suponemos que incluso usó para eso a algunos de sus empleados”, explicó tiempo atrás un detective judicial que lo investigó.

El Audi A4 de Guastini, con las marcas de dos de los tiros mortales

Sus revelaciones fueron clave para que la Justicia conociera detalles de las operaciones de lavado de dinero del clan Loza y de la banda liderada por el peruano Carlos Sein Atachahua Espinoza, cuyas empresas fueron embargadas hasta cubrir la suma de 10.000 millones de pesos.

Además, en junio de 2022, se conocieron los resultados de la Operación Atlantis, el secuestro de 1548 kilos de cocaína que una organización narco pensaba traficar a España en veleros. La información que dio origen a la causa había sido aportada por Guastini en julio de 2018, cuando declaró como testigo de identidad reservada ante la Procunar.

“Con el diario del lunes podemos decir que todo lo que declaraba Guastini era verdad”, confió a LA NACION una calificada fuente que presenció varias de las declaraciones de Guastini, que tenía 45 años cuando fue asesinado y andaba siempre armado porque temía que en cualquier momento alguien intentaría matarlo.

La pistola Glock 40 que llevaba el financista Diego Xavier Guastini en su regazo cuando lo mataron de un tiro a metros de la municipalidad de Quilmes, en octubre de 2019

Antes del crimen, Guastini estaba dispuesto y en condiciones de aportar información sobre otra importante causa de narcotráfico. “Diego estaba intentando presentarse a aportar pruebas en la causa Leones Blancos, de la cual proveyó la información a policías para que se desarrolle el procedimiento y para robar mercadería; así las cosas, hace unos días llamó a policías y abogados para anticipar sus intenciones y buscar protección; debido a esta situación se ordenó [su] ejecución”, declaró oportunamente un testigo de identidad reservada en ocasión de develar la trama detrás del operativo en el que habrían robado media tonelada de cocaína.

Oficialmente, en el operativo Leones Blancos, hecho por la policía bonaerense en diciembre 2013, se secuestraron 600 kilos de cocaína. Pero, según una investigación judicial, los encargados del procedimiento se habrían robado otra media tonelada de droga. En esa causa había sido investigado el luego destituido fiscal de San Isidro Claudio Scapolan.

En ese expediente judicial está detenido con prisión preventiva el sargento de la policía bonaerense Adrián Baeta, que fue una de las primeras personas en llegar a la escena del homicidio de Guastini. Era un hombre de confianza y amistad del contador de la mafia.

De una computadora que se le secuestró a Baeta en el momento de ser detenido, después de haber estado prófugo más de cinco meses, se pudieron extraer varias vistas fotografías del cuerpo de Guastini –aparentemente tomadas minutos después del hecho– y fotos de su lápida, “circunstancias que, sin lugar a dudas, deben ser investigadas con mayor profundidad”, sostuvieron los fiscales que investigan la ejecución del contador.