BAKÚ, Azerbaiyán.-Desde ayer, el Estadio Olímpico de esta ciudad, sede de la COP29, vive momentos de confusión tras la sorpresiva decisión de la Argentina de retirar a su delegación de la cumbre sobre el cambio climático. La noticia impactó tanto a representantes del sector privado y ONGs argentinas presentes, como a delegados de otros países latinoamericanos. En medio de un evento centrado en la cooperación global, la repentina retirada generó incertidumbre sobre el futuro de la participación del país en las negociaciones climáticas.
Tras conocerse la decisión oficial, en los grupos de WhatsApp donde se comunican algunos argentinos que viajaron a Bakú, rápidamente se propagó un clima de confusión. En un principio, la preocupación se centró en cómo esta retirada podría afectar a aquellos que asistieron con credenciales de “Party Overflow”. Estas acreditaciones, gestionadas por el Gobierno ante la COP, son otorgadas a personas que no forman parte de la delegación oficial, permiten el acceso a la cumbre y suelen entregarse a miembros de ONGs, asesores técnicos y otros interesados en seguir de cerca las discusiones, aunque sin un rol activo en las negociaciones oficiales.
Sin embargo, con el comienzo de la jornada de hoy el temor se disipó y las personas con estas acreditaciones pudieron continuar con su participación sin inconvenientes. Según pudo saber LA NACION, algunas ONGs y organizaciones internacionales ofrecieron ayudarlos en caso de que surgieran complicaciones durante la cumbre.
Previo a esta noticia, ya los participantes habían manifestado que esta edición de la cumbre climática para los argentinos tenía un tinte particular. Aquellos con años de trayectoria comentan que, por lo general, las delegaciones argentinas se mantienen en un hermetismo bastante estricto, pero este año el secretismo había sido mucho mayor. Los representantes argentinos viajaron a la capital azerbaiyana en un contexto político interno marcado no solo por los recientes cambios en la cartera de Cancillería tras la salida de Diana Montino y su reemplazo por Gerardo Werthein, sino también por la postura del presidente Javier Milei, quien reniega por ejemplo de la temática y de la Agenda 2030.
No obstante, esta decisión tomó por sorpresa a muchos. Alejandra Camara, directora de Génesis, una consultora dedicada al financiamiento sostenible y climático, calificó la medida como “una sorpresa, algo inesperado”. Con varias participaciones en estas cumbres, su primera participación fue en 2004 en Buenos Aires y desde 2009 no ha faltado a ninguna, sumando un total de 16 COP.
“Para quienes estamos en este ámbito, nuestro objetivo es seguir adelante, más allá de las decisiones políticas, y restar importancia a estas acciones que buscan desacreditar la agenda climática”, comentó. Por otro lado, no descarta que la Argentina siga un camino similar al que tomó Estados Unidos en 2016, cuando Trump decidió salir del Acuerdo de París. “En ese momento, las emisiones de Estados Unidos representaban el 17% del total global. Sin embargo, entre un 10% y 11% de esas emisiones quedaron cubiertas por compromisos de estados subnacionales que mantuvieron su adhesión al acuerdo”, señaló.
Camara considera que la Argentina podría replicar esa estrategia, donde las provincias asuman un papel protagonista en la ejecución de políticas climáticas al margen del gobierno nacional. “Creo que la mayoría de las provincias quieren mantenerse alineadas con el Acuerdo de París y tienen la autoridad para hacerlo. Esto abre el camino para establecer leyes subnacionales y crear herramientas de financiamiento climático que ayuden a combatir el cambio”, destacó.
Situación
Con más de 20 años de experiencia en financiamiento sostenible, vivió las dos anteriores retiradas de Estados Unidos bajo las presidencias de Trump y George W. Bush en 2001. Aun así, enfatizó una diferencia: “En esas ocasiones, aunque se retiraron del acuerdo, las delegaciones estadounidenses continuaron participando en las cumbres climáticas”. Camara explicó que, a pesar del impacto de la decisión del Gobierno, el compromiso con la agenda climática en Argentina puede sostenerse a nivel provincial, dando espacio para que las provincias y el sector privado lideren la lucha contra el cambio climático en el país.
Diego Sueiras, presidente de la Fundación Nueva Generación Argentina (FNGA), quien viajó para estar en la COP29, dijo al referirse a la reciente decisión del Gobierno. “Es un retroceso en la internacionalización de Argentina, no solo en la lucha contra el cambio climático, sino también en el nuevo esquema productivo y energético”, agregó.
Manifestó su preocupación por las implicancias que esta decisión podría tener para el país en el plano global. “Esto podría empezar a dejarnos afuera”, advirtió, y subrayó el riesgo de aislarse en un momento crítico para la agenda ambiental y energética. Mostró cierto optimismo al señalar que espera que la medida “sea momentánea y que el presidente pueda reconsiderar su postura”.
“Los partidos se juegan en la cancha, estemos o no de acuerdo con las cosas. La manera de plantear un desacuerdo es quedándonos en el juego, no retirándonos”, manifestó Federico Pucciariello, empresario del biodiésel que también viajó a la COP29.
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Para el argentino, al retirarse el país no solo se excluye de una discusión clave, sino que se aleja de las naciones que están liderando el cambio hacia energías más limpias y sostenibles, como China e India. “Estuve con delegaciones de ambos países y estaban sorprendidos de nuestra retirada”, dijo.
Sueiras, en tanto, destacó la relevancia de crear un mercado de carbono, advirtiendo que, al irse del encuentro, la Argentina quedará excluida de esta dinámica. “Nuestros productos van a valer cada vez menos y nos impondrán más normas. El CO2 es el culpable del cambio climático y debemos empezar a reabsorberlo de manera responsable”, explicó. Según su análisis, las decisiones que no se tomen hoy tendrán consecuencias irreversibles para futuras generaciones.
Así como ocurrió con los argentinos, la decisión también impactó en los países latinoamericanos. “Nos sorprendió”, coincidieron un grupo de cuatro delegados de distintos países latinoamericanos al finalizar uno de los plenarios en el día en que se conoció la noticia. Sin embargo, ya hubo pronunciamientos como el del vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, quien criticó duramente al presidente Javier Milei por retirar a la delegación de la cumbre climática. “Lamentamos su salida, ya que el negacionismo frente al cambio climático es muy perjudicial”, afirmó.