Los jueces que condenaron a Cristina Kirchner valoraron especialmente el intercambio de mensajes de Whatsapp del exsecretario de Obras Públicas José López -el mismo que fue condenado tras ser sorprendido con ocho millones de dólares en un la puerta de un convento-, los directivos de las empresas de Lázaro Báez y la organización de la maniobra.
La sentencia menciona que tras las elecciones de 2015, a partir del día 22 de noviembre, comenzó el desarmado del andamiaje que había servido para la construcción, puesta en marcha y funcionamiento del fraude. Austral Construcciones S.A. debía encontrar un argumento para paralizar las obras, despedir a sus empleados, abandonar la escena y quedarse con la plata, sin transmitir una “sensación de fuga”.
Debían actuar rápido y nunca más retomar las obras. Así se lo indicó López en mensajes enviados el 24 de noviembre de 2015 y los primeros días de diciembre a Julio Mendoza, presidente de Austral Construcciones. También le pidió una reunión. El jueves 26 de noviembre de 2015, a las cuatro de la tarde, López y Mendoza se reunieron en el Hotel Intercontinental.
Esa misma noche y por la reunión mantenida entre aquellos, López le pidió a Mariano Cabral, secretario personal de la expresidenta, una reunión con la propia Cristina Kirchner. El encuentro entre ella y su secretario de Obras Públicas versó sobre temas de interés para la suerte de Austral Construcciones S.A., ya que al día siguiente López volvió a contactar por mensajitos a Mendoza, para precisarle qué información era necesaria para “lunes a primera hora” a fin de que “la señora [vea] y tome decisiones”.
Más temprano, López había contactado a Mendoza queriendo saber sobre los certificados de obra que desde Vialidad provincial se elevarían a la Dirección Nacional de Vialidad, en relación con las obras de Austral Construcciones. Los días 29 y 30 de noviembre de 2015, Nelson Periotti (Vialidad Nacional), Cristina Kirchner y Lázaro Báez coincidieron en Santa Cruz, y como resultado de las conversaciones, órdenes y decisiones tomadas, el martes1° de diciembre de 2015 Lázaro Báez quiso hablar con López en persona, sin intermediarios. Se acababa el Gobierno cristinista.
“Lo que me dijo la señora”
Lázaro Báez le dijo: “Atendeme. Es para coordinar con lo que me dijo la señora. Gracias”. Fue así que el 2 de diciembre de 2015 el subadministrador de la DNV, Carlos Alonso (ex hombre fuerte del Grupo Báez y administrador de su otra empresa Sucesión de Adelmo Biancalani), comunicó a Austral Construcciones S.A a través de una “nota” que los certificados de obra no iban a ser pagados porque no había presupuesto.
Austral Construcciones entonces suspendió el pago de los salarios de la primera quincena el aguinaldo y de la segunda quincena de diciembre. Y luego de una audiencia en la Secretaría de Trabajo de Santa Cruz, despidió al personal, abandonó las obras y se encaminó a la quiebra.