Un intento de feminicidio conmocionó la localidad de Ate Vitarte, cuando Juan Carlos Llallahui de la Cruz ingresó a una juguería y disparó en siete ocasiones contra su expareja, quien se encontraba en compañía de su familia. Según informó el programa 24 Horas, la mujer quedó con una herida en la pierna derecha y fue trasladada al Hospital de Ate para recibir atención médica. La madre de la víctima relató al medio que el agresor ingresó rápidamente al local y, a pesar de una orden de alejamiento vigente, la atacó con su arma.
El incidente ha generado gran consternación dado que Llallahui de la Cruz es parte del equipo de seguridad del alcalde de Ate, Franco Vidal. Esta situación ha aumentado la preocupación entre los vecinos, ya que se trata de una persona en un cargo de confianza pública. El espacio televisivo destacó las declaraciones de un testigo, quien dijo: “El sujeto vino, entró, y dirigió su arma hacia mi hija frente a todos los presentes”. Este testimonio refleja el miedo y la impotencia vividos por la familia durante el ataque.
Mientras el caso aún está bajo investigación por la policía y el Ministerio Público, se revela una serie de denuncias previas contra el agresor por violencia. 24 Horas publicó lo dicho por la madre de la víctima: “Nosotros hemos puesto denuncias previamente, pero la policía prácticamente no ha hecho nada”. Esto ha suscitado críticas hacia la eficiencia de las medidas de protección y su efectividad real.
En lo que respeta a la condición médica de la víctima, el medio antes mencionado informó que “una de las balas disparadas por Llallahui de la Cruz fracturó el fémur de la pierna derecha de la joven”. Hasta el momento, la mujer no ha ingresado a cirugía, pero su situación requiere pronta intervención. Otra preocupación es que el ataque pudo haber causado más daño, ya que la víctima intentó esconderse detrás de una refrigeradora y resultó herida en el proceso.
La familia de la víctima compartió más detalles sobre el comportamiento del agresor, quien alardeaba de su posición de seguridad con el alcalde para intimidar a su expareja. “Él manifestaba que era su seguridad personal, y que no se podía medir con él”, comentó la madre, según 24 Horas. Esta relación de poder ha sido cuestionada, ya que “Juan Carlos Llallahui de la Cruz”, de 43 años, ha podido evadir las repercusiones legales de sus acciones previas debido a su empleo.
Es importante destacar el contexto del que venía la víctima, quien, según reportes, mantenía una relación con Llallahui de la Cruz desde sus 15 años y tenían tres hijos en común. Durante su tiempo juntos, sufrió constantes agresiones, incluyendo un incidente en el que el agresor intentó atacarla con un cuchillo hace cinco meses.
El caso ha puesto en tela de juicio la eficacia de las actuales medidas de seguridad y protección en situaciones de violencia de género en el Perú, especialmente cuando las víctimas se ven envueltas en procesos legales que enfrentan demoras o falta de seguimiento. 24 Horas también informó que la orden de alejamiento se entregó brillantemente solo un día antes del ataque, lo que ha resaltado fallas sistémicas en las medidas de entrega y ejecución de cuentos de protección.
En conclusión, la situación exige no solo una investigación exhaustiva para esclarecer responsabilidades, sino también una revisión urgente de las políticas y protocolos de protección a víctimas de violencia de género. La implicación de un miembro de seguridad municipal en un caso tan extremo recalca la necesidad de abordarjes más estrictos y efectivos en la lucha contra la violencia de género.