Todavía queda un paso más y Ricardo Quintela está dispuesto a darlo. El riojano que se plantó ante Cristina Kirchner quiere competir en las elecciones del PJ y está desbloqueando niveles de complejidad en la disputa electoral. Ayer presentó un recurso de apelación ante la Junta Electoral del partido, que fue elevado a la jueza federal, con competencia electoral, María Servini. Si ella rechaza su reclamo, entonces tiene decidido apelar ante la Corte Suprema.
Quintela quiere competir. Y sino, como opción alternativa, quiere que el proceso electoral no culmine hasta que el proceso judicial no llegue a su fin. En otras palabras, no quiere que la ex vicepresidenta asuma la conducción del partido si su reclamo sigue flotando en la justicia federal. Eso fue lo que le planteó, a través de un escrito de sus apoderados, a la histórica jueza federal.
El riojano denunció parcialidad absoluta de la junta electoral del PJ Nacional. Aseguró que no organizó la elección por el solo hecho de que no había intención de hacerla y que el objetivo final era entronizar a CFK en la presidencia del partido. Los acusó de comandar un proceso electoral poco transparente y viciado de irregularidades.
“La mayoría de los dirigentes que la integran responden al kirchnerismo”, aseguraron cerca del gobernador de La Rioja, donde afirman que siempre quisieron competir pero la junta electoral complotó contra su voluntad. El reclamo es porque consideran que les robaron avales y les manipularon parte de la documentación presentada en el partido dos semanas atrás. Dicen tener pruebas para demostrarlo en la justicia.
La defensa del kirchnerismo se asienta sobre la diversidad de nombres. De los quince integrantes de la junta electoral, seis no están alineados a CFK. No hay unanimidad. Algunos nombres para sostener esa postura son los del ministro de Obras Públicas bonaerense, Gabriel Katopodis, que actualmente está en el armado de Axel Kicillof, el principal enemigo de camporismo; y el de la ex senadora de San Luis, María Eugenia Catanfalmo, alineada al ex gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá, que es el actual candidato a vicepresidenta de Quintela.
En esa lista también está la diputada riojana Hilda “Beba” Aguirre de Soria, que responde directamente a Quintela y la ex legisladora santafesina Silvina Frana, que forma parte del armado político del último candidato a gobernador de Santa Fe Marcelo Lewandowski, que camina por la vereda de enfrente al kirchnerismo.
Otros nombres a resaltar son el de Ariel Monzón, sindicalista de Aguas Sanitarias, que responde a su titular José Luis Lingeri, uno de los históricos de la CGT, que forma parte del grupo de los que están lejos del kirchnerismo y el de la legisladora provincial Viviana Guzzo, de estrecha relación con la jefa de Asesores del gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez. Los nueve restantes tienen vinculaciones con el armado de Cristina Kirchner. Con ella directo, con Máximo Kirchner o con integrantes de su lista.
En el Instituto Patria jugaron rápido su ficha en el tablero del lunes y acusaron al riojano de estar atado al gobierno de Javier Milei por la situación económica de su provincia. “La Rosada es el sponsor de Quintela”, aseguraron después de conocer que Jorge Yoma, uno de los apoderados de Quintela, se había reunido con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Vincularon la elección partidaria, los reclamos del riojano y el recibimiento en Casa Rosada.
“Me parece grave que el apoderado de Quintela haya ido a la Rosada ¿Qué es lo que busca? ¿Quieren que el Milei termine conduciendo el PJ?” se preguntó la diputada y la titular del gremio de judiciales Vanesa Siley, en una entrevista brindada al canal Eva TV. Cercana a la cúpula de La Cámpora, aseguró: “En estas circunstancias políticas no debe ser un gobernador el que conduce al PJ”. Un mensaje que va en sintonía con lo que el formoseño Gildo Insfrán le planteó a CFK el día que le dio su apoyo para que sea candidata en el PJ.
Yoma dijo luego del encuentro que el cara a cara con el ministro había sido para hablar sobre la demanda interpuesta ante la Corte Suprema por una deuda de U$D 320 millones de la nación a la provincia. Más allá de las explicaciones de rigor, el gesto político fue confuso y dejó lugar para las suspicacias, debido a que se dio el mismo día que el riojano decidió recurrir a la justicia federal para que resuelva el conflicto electoral del PJ.
La interna del partido está al rojo vivo, en detrimento de la interna bonaerense, que sus propios protagonistas han decidido calmar. Al menos, por un rato. Aunque siguen existiendo mensajes filosos como los que enviaron Máximo Kirchner y Andrés “Cuervo” Larroque en los últimos días. Pero no hay un ida y vuelta sistemático y picante como el que protagonizan Cristina Kirchner y Ricardo Quintela, en una interna del PJ que le abrió la puerta a un nuevo conflicto dentro del peronismo. Uno más.