Boca no sale de su crisis de resultados. Lejos de iniciar el repunte tras la fallida gestión de Diego Martínez, el primer capítulo de Fernando Gago al frente del equipo resultó un fracaso, tras la goleada que recibió de Tigre en Victoria, por la 18° fecha de la Liga Profesional. Un 3 a 0 lacerante, que expuso los desacoples del equipo xeneize y otra vez dejó en el ojo de la tormenta a Chiquito Romero, que venía siendo cuestionado por sus bajos rendimientos debajo de los tres palos.
A los 28 minutos del primer tiempo, Tigre marcó el primer punto de quiebre de una paliza que dejó desconcertado a Gago en el banco de suplentes. ¿Cómo fue la apertura del marcador? Llegó un córner pasado de Maroni, Nehuén Paz y Ramón Arias se molestaron para controlar la pelota y dio la impresión de que el balón pegó en un brazo de ellos. Paz, casi desde el piso, sacó un remate que se desvió en Rojo y le cayó de emboquillada a Romero. Un gol tan aparatoso e imperfecto como lo era el partido.
En las mil y una interpretaciones que hay de las manos en el área, esta vez el VAR consideró que la situación fue lícita. Con distintos ángulos y velocidades, decidió convalidar el gol tras considerar que la pelota rebotó en forma accidental en la mano del compañero que anota el gol. Concluye que es una jugada “no sancionable y que no configura una mano de inminencia, ya que se trata de un jugador distinto al que convierte”. Así, el VAR confirmó la decisión inicial del árbitro.
El audio del VAR
En la comunicación con el VAR, el juez Fernando Echenique dice: “Para mí, todo normal. Le rebota la pelota en la pierna al jugador, luego le pega en la pierna de Marcos Rojo y entra”.
A partir de ahí, todo se circunscribe a la participación del uruguayo Ramón Arias, el futbolista que acompaña en el remate al autor del gol, Nehuén Paz, en el chequeo de si se trató de una mano de inmediatez. Finalmente, se determinó que la pelota pegó en la mano de Arias: “Yo tengo mano del 42 (Arias), no del que convierte el gol”. Y el responsable del VAR agrega: “La mano del 42 es accidental; viene jugada por su propio compañero; es una mano natural para el movimiento que está desarrollando el jugador. Totalmente accidental”.
Poco después, llegó el visto bueno para que el juez convalidara el tanto: “APP Atacking Possession Phase (fase de ataque con posesión del balón) limpio, gol confirmado. Le pega en la mano, pero no en el que convierte el gol y no es sancionable”.
Después, todo fue para peor en Boca. Sin pegada adelante, el equipo del a Ribera tuvo mandíbula de cristal atrás. Tigre se la quebró en sus únicos dos ataques en el segundo tiempo. Y en tres días tendrá un desafío mayúsculo: el miércoles le espera Gimnasia por los cuartos de final de la Copa Argentina. Está claro que el nuevo ciclo de Gago deberá crecer de golpe.
Gago mostró todo su dolor tras el impacto del 3 a 0. “Las sensaciones por momentos fueron buenas, el equipo por momentos jugó a lo que pretendo. Lo tenemos que sostener más en el tiempo, lógicamente. Perder duele y más de esta forma, con dos acciones de balón detenido, donde tuvimos desaciertos que debemos seguir trabajando y llevando al máximo de nivel en cada situación”, sostuvo en un primer momento.
Se refirió, además, al nuevo estilo. “Vamos a ser un equipo que va a atacar, ir a buscar a los partidos, donde tengamos situaciones de ataque y vamos a quedar expuestos a retrocesos y a pérdidas porque el rival puede jugar de esa forma. En el primer tiempo sacando dos situaciones donde tuvimos una pérdida innecesaria, desde ahí el equipo volvió a tomar el posicionamiento que buscamos; con eso, se van a ir aceitando las cosas. Tenemos cinco entrenamientos, que son pocos, no son excusas y soy el máximo responsable de todo y siempre lo voy a ser cuando perdamos. Cuando ganan, serán los jugadores”, apuntó, marcando la cancha.