El Gobierno decidió meterse de lleno en la vida institucional de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y declararle la guerra a su presidente, Claudio “Chiqui” Tapia, al impedir su reelección este jueves. La Inspección General de Justicia (IGJ) resolvió invalidar los comicios y la posibilidad de modificar el Estatuto de la entidad durante la Asamblea General Ordinaria de la casa madre del fútbol argentino prevista para el 17 de octubre.
Daniel Roque Vítolo, titular de la IGJ -que depende del Ministerio de Justicia– resolvió así hacer lugar a la impugnación que presentó el club Talleres de Córdoba para impedir que la AFA adelante las elecciones un año antes de lo que indica el Estatuto, tal como pretendía hacer Tapia este jueves para renovar su mandato hasta 2028.
“No hay fundamento que exima a las autoridades de la asociación civil del cumplimineto de la manda estatutaria y del reglamento electoral, cercenando mandatos que todavía se encuentran en plazo de vigencia y no permitiendo, atento a la antelación dispuesta -el adelantamiento de un año de las elecciones con amputación de la cuarta parte de los mandatos de forma abrupta e intempestiva- que los clubes asociados puedan intentar razonablemente la conformación de alguna lista alternativa”, señaló la resolución de la IGJ firmada por Vítolo a la que accedió LA NACION.
Ante la impugnación presentada por Talleres de Córdoba, días atrás la AFA había movido sus fichas en los tribunales cuando el tesorero de la entidad, Pablo Toviggino, pidió un amparo en un juzgado civil de la Ciudad. Ayer, sin embargo, la Justicia rechazó la cautelar pedida por la AFA. Enseguida, el ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, lanzó “la AFA está dando manotazos de ahogado porque saben que lo que están haciendo no está permitido”.
La decisión
En la AFA intuían que la decisión de la IGJ sería contraria a sus aspiraciones desde que vieron la foto en la Casa Rosada entre Javier Milei y Andrés Fassi, presidente de Talleres de Córdoba, el club que hizo el reclamo para suspender la Asamblea de este jueves.
Tapia y su comité ejecutivo tienen mandato otorgado por la Asamblea General Ordinaria de la AFA hasta octubre de 2025, pero el mandamás de la institución adelantó un año los comicios y argumentó que existió un “error involuntario” en la Asamblea celebrada en 2020, durante la pandemia de coronavirus, en donde se estableció un mandato más extenso que lo que disponía el Estatuto que ahora debía ser subsanado.
De fondo hay, en realidad, motivaciones políticas dadas por la tensión cada vez más evidente entre Tapia y la gestión de Javier Milei. El Poder Ejecutivo quiere permitir el ingreso de capitales privados a los clubes de fútbol, pero Tapia -cuyo poder se afianzó a partir de los logros que consiguió la selección mayor- quiere impedir que prosperen las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
La IGJ, órgano de control de las asociaciones civiles, decidió aceptar el reclamo de Talleres de Córdoba en contra del llamado a Asamblea para este jueves, 17 de octubre. Además de la cuestión eleccionaria, también quedan así canceladas la reforma del torneo de la Liga Profesional, que iba a pasar a tener 30 equipos a partir de la próxima temporada, con la suspensión de los dos descensos previstos para este año.
La AFA tampoco podrá hacer efectiva su mudanza a Ezeiza, como pretendía hacer en la reunión, que coincidía con el Día de la Lealtad peronista. Eso le hubiera permitiro pasar de la órbita de la IGJ a la Dirección Provincial de Personas Jurídicas de la provincia de Buenos Aires, distrito gobernado por Axel Kicillof.
En principio, la casa madre del fútbol argentino sólo podría efectivizar la convocatoria para aprobar la memoria y el balance del último ejercicio.
La razón social de la AFA ahora está inscripta en el petit hotel de la calle Viamonte, en la zona de Tribunales, pero Tapia quiere mudarla al predio de Lionel Andrés Messi (ex Julio Humberto Grondona), en Ezeiza. Este era uno de los puntos a tratar -y a aprobar- en la Asamblea del 17: pasar de los dominios de Jorge Macri (de Pro) a los de Kicillof (mucho más cercano a Tapia).
