Gala Juventus Lyrica, Gran fiesta 25 años de ópera. Dirección escénica: Ana D’Anna y María Jaunarena. Dirección musical: Hernán Sánchez Arteaga. Solistas: Jacquelina Livieri, Monserrat Maldonado, Juan Salvador Trupia, Alejandro Alvarez Castillo, Rocío Arbizu, Nazareth Aufe, Constanza Díaz Falú, Marianela Finocchiaro, Enrique Folger, Álvaro Garcia Martínez, Marcelo Gómez, Natacha Nocetti, Patricio Oliveira, Laura Penchi, Laura Polverini, Ramio Pérez, Rodolfo Pettinicchio, Sol Risé, Nicolás Tumini, Gabriel Vacas, Cinthia Velázquez. Vestuario: María Jaunarena. Coro y orquesta de Juventus Lyrica. Piano: Pablo Manzanelli. Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova. Producción ejecutiva: Adrián Mendoza. Producción general: Gustavo Passerino. Teatro Avenida. Nuestra opinión: excelente
Mientras el país discute en torno a los grandes temas de la cultura, el arte, la educación y el destino de sus exhaustos recursos públicos, además de poner sobre la mesa del debate no solo la finalidad y la optimización de esas asignaciones sino sobre todo su transparencia, acontece —como contracara, en el ámbito privado— un aniversario significativo que el público celebra con júbilo: los 25 años de la asociación Juventus Lyrica, exitoso y ejemplar modelo de constancia, convicción, profesionalismo y vocación de servicio que, con justicia, se ganó el cariño y la ovación de su audiencia.
Estas Bodas de plata —como han dado a llamar el espectáculo—, resumen una trayectoria de 106 producciones con la participación de 6200 artistas que encontraron en esta organización sin fines de lucro su primera oportunidad escénica. “Quienes concebimos Juventus, allá por 1998, nos unimos con la idea de crear un espacio de formación y experimentación para trabajar el género lírico en profundidad, con la idea de que las voces y los actores crecen en el escenario”, recuerda Ana D’Anna, fundadora junto al maestro Antonio Russo, directora artística y alma mater de la multipremiada institución que hoy conduce junto con su hija en la dirección ejecutiva, la dramaturga, vestuarista y talentosa directora escénica María Jaunarena.
Con una gala de 30 números dividida en dos partes, el viernes 11 (y como lo hará en las sucesivas funciones de los días 13, 18 y 19 en su sede del Teatro Avenida), Juventus ofreció un repaso de algunos títulos que marcaron su trayectoria y, con ello, un panorama de la historia de la ópera a lo largo de casi tres horas de música. Puesta sobria y eficiente de bastidores y candelabros en la escenografía e iluminación de Gonzalo Córdova —uno de los colaboradores incondicionales en los que se apoya el éxito de Juventus—, el coro dirigido por el pianista Pablo Manzanelli y pequeña orquesta que pasó del foso al escenario bajo la batuta de Hernán Sánchez Arteaga. El recorrido abarcó en su primera parte una selección de óperas italianas, arias y ensambles de Mozart-Da Ponte, iniciando con el delicadísimo trío del Cosí fan tutte, Soave sia il vento, pasando por el belcanto de Donizetti, los melodramas de Verdi y Puccini, hasta el verismo de Mascagni y Leoncavallo. Destacaron como momentos de mayor intensidad las interpretaciones puccinianas: de la soprano Monserrat Maldonado, excelente y conmovedora, en el aria Un bel di vedremo de Madama Butterfly y el dúo de La Bohème, O soave fanciulla junto a Nazareth Aufe. Las demás escenas de la icónica ópera: el Vals de Mussetta y Dunque proprio é finita integrando el elenco Laura Polverini, Jacquelina Livieri, Juan Salvador Trupia y Gabriel Carasso. La experiencia y voz exquisita de Livieri en Chi il bel sogno di Doreta de La Rondine. Y de las escenas veristas, la interpretación in crescendo del potente tenor Marcelo Gómez en Vesti la Giubba (Pagliacci), de Leoncavallo. De los actos corales resaltaron el siempre emocionante Va pensiero, de Nabucco, y el himno Innegiamo, de Cavalleria Rusticana en todo su esplendor, como cierre con todo el elenco.
En la segunda parte, dedicada a la ópera francesa y la operetta, primó en lugar del drama, la diversión y picardía, desde su apertura con el infalible cuadro de Olimpia, la muñeca mecánica de Los cuentos de Hoffmann de Jacques Offenbach y su canción Les oisseaux dans la charmille en la magnífica versión de la soprano Constanza Díaz Falú, uno de los fragmentos más aplaudidos de la noche junto con la Barcarolle, por la soprano Natacha Nocetti y la mezzo Rocío Arbizu. En el bloque de El murciélago de Johann Strauss, celebrada la segunda intervención de Livieri desplegando su gracia y virtuosismo en las Csárdás y el chispeante ensamble masculino de Wie die Weiber en las voces de Ernesto Bauer, Alejo Álvarez Castillo, Gabriel Carasso, Álvaro García Martínez, Nicolás Tumini, Patricio Oliveira y Gabriel Vacas. Espléndido Juan Salvador Trupia —una de las voces más paradigmáticas de Juventus— en una entrada triunfal para la canción del torero de Carmen, Votre toast!, de Georges Bizet. Y, como ingenioso cierre, una torta de casamiento con el número 25 coronando las Bodas de Plata con la marcha nupcial de la wagneriana Lohengrin. De bis, el Brindis de La Traviata y la canzonetta Non ti scordar de me de Ernesto De Curtis, en exaltado tutti.
Por todo esto, valora esta crítica con el calificativo de “excelente” no solo el espectáculo radiante de la gala en sí, el canto de voces notables y el ánimo puesto en honrar el logro artístico y formativo que representa este vigésimo quinto aniversario de actividad ininterrumpida. Va este “excelente” al esfuerzo sostenido a lo largo de esos años en pos de crear, mantener y fructificar la compleja y costosa maquinaria de la ópera; va este “excelente” por todos los que participaron poniendo el cuerpo y el alma en el milagro de la música, por los fundadores y directores de la institución, por el entusiasta y talentoso cuerpo de artistas, por los técnicos, la comisión directiva, el público y los amigos que acompañaron la gesta. Porque en esta Argentina que hoy se resiste a la ignorancia y la decadencia, es un cuarto de siglo de amor, de pasión y trabajo lo que el público agradece cuando se corre el telón ¡a la salud de Juventus Lyrica!