Qué significa que mi perro o gato coma pasto

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Los perros podrían ingerir pasto como vestigio de su dieta ancestral omnívora (Imagen Ilustrativa Infobae)

Es común ver a perros o gatos masticando la hierba del jardín o, peor aún, las plantas de interior (muchas de las cuales pueden ser tóxicas para ellos). Se suele creer que los perros ingieren pasto para aliviar malestares intestinales e inducir el vómito, como una purga digestiva. Y en el caso de los gatos, que facilita la expulsión de bolas de pelo.

El consumo de césped puede ayudar a mejorar la digestión y contribuir al tratamiento de parásitos intestinales en las mascotas, aunque no es su principal función.

¿Por qué mi perro o gato come pasto?

Según explicó el profesor doctor Juan Enrique Romero, médico veterinario, ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam) y docente universitario en Infobae, el pasto era parte de la dieta normal de sus ancestros:

“Los perros son omnívoros, lo que significa que comen carne, así como también plantas. Ya no necesitan los nutrientes que contiene el pasto porque la mayoría de los productos comercialmente preparados para perros son nutritivamente completos, pero ellos no son nutricionistas. No saben ni les importa que ya hayan recibido su cuota de vitaminas y minerales dentro de su comida preparada. Sus instintos les dicen que el pasto es bueno y por eso lo comen”.

Algunas plantas ornamentales son tóxicas para mascotas y deben evitarse en casa (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Por qué mi perro o gato vomita tras comer pasto?

Según el doctor Romero, “la ciencia aún no está segura si los perros comen pasto porque tienen el estómago revuelto o si tienen el estómago revuelto porque comen pasto. Es probable que el pasto contenga algo que estimula el impulso del vómito”.

Y completó: “El estómago tiene todo tipo de neuroreceptores que responden a lo que ingieren los perros y reaccionan a la acidez, al contenido químico y a las texturas. La textura del pasto tiene algo como un efecto de cosquilleo sobre el estómago, lo cual induce al vómito. Esto puede ser lo que provoca el estímulo para devolverlo todo, incluido lo que les irritaba el estómago en primera instancia. Comer pasto es lo que funciona y una vez que los perros encuentran algo que funciona, se quedan con ello”, finalizó el veterinario.

Un estudio de larga duración llevado a cabo con perros y gatos domésticos mostró que una gran mayoría de ellos (casi el 90%) comía pasto de forma ocasional o habitual y que raramente presentaban algún problema de salud como consecuencia.

En todos los casos se trataba de animales bien cuidados, desparasitados y sin deficiencias en su dieta. También se comprobó que los perros eran más propensos que los gatos a comer hierba, algo que los investigadores atribuyeron a la mayor tendencia de los canes a llevarse a la boca cualquier cosa que encuentren en el suelo, incluyendo las heces de otros animales.

Un estudio a largo plazo muestra que comer hierba raramente afecta la salud de mascotas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los resultados también muestran que, a pesar de comer menos hierba que los perros, los gatos vomitan con más frecuencia, debido, según los investigadores, a que a menudo viven dentro de la casa y comen plantas de interior, que son menos digeribles.

¿Qué hacer si mi perro o gato vomita tras comer pasto?

Si el perro o gato come pasto de forma ocasional, no debería ser motivo de preocupación. Sin embargo, las plantas de interior sí pueden ser un motivo de preocupación, ya que muchas son tóxicas para ellos y pueden provocar problemas de salud graves. En ese caso, ante la duda, lo mejor será consultar al veterinario.

Algunas plantas populares de interior que son tóxicas para los gatos son la flor de Navidad y los lirios. Estas dos y varias más son venenosas para los gatos y pueden causar una reacción leve o incluso grave.

Si el gato ingiere una planta venenosa, hay que llevarlo siempre al veterinario para recibir tratamiento.

Para una buena salud digestiva es importante ofrecer a la mascota una dieta que esté acorde a su especie, su raza, a la edad, al estado metabólico y físico (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Hay motivo de preocupación si el perro vomita hierba? Si después de vomitar, el perro está animado, juega, come, duerme y sigue su rutina tranquilamente, no hay motivos para preocuparse.

Cuando, por el contrario, los vómitos no son un fenómeno ocasional, sino que se repiten todos los días, y si el perro no come y solo sigue expulsando jugos gástricos, consultar al veterinario, ya que probablemente se trate de síntomas de una enfermedad aún no diagnosticada. Los episodios frecuentes de vómitos pueden ser síntomas de gastritis por hiperacidez, una dieta incorrecta o desequilibrada, alergias o intolerancias, o puede que el perro haya ingerido un cuerpo extraño anormal del que no puede deshacerse.

Además, la pancreatitis o los problemas hepáticos también pueden manifestarse a través de episodios repetidos y continuos de vómitos.

Cómo mejorar la digestión de mi mascota

Para asegurarse de que el gato solo coma césped seguro, se le puede comprar una maceta con pasto o catnip, una hierba (oficialmente conocida como Nepeta cataria) de la familia de la menta.

Algunas plantas de interior son peligrosas para los gatos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esto no solo satisfará la necesidad de comer césped, sino que también evitará que muerda las plantas de interior favoritas. Otra opción es ver si al gato le gusta comer verduras, como perejil o lechuga, con sus comidas diarias. Si el gato come césped y vomita bolas de pelo, la mejor solución es alimentarlo con una fórmula para el control de bolas de pelo con un mayor contenido de fibra.

Claves para mejorar la digestión de las mascotas:

  1. Ofrecer una dieta que esté acorde a su especie, su raza, a la edad, al estado metabólico y físico de cada animal
  2. No sobrealimentarlos, o darles menos comida de lo recomendado
  3. Establecer horas de alimentación y no dejar tiempos prolongados de ayuno
  4. Tener una rutina que incluya actividad física moderada y caminatas frecuentes
  5. Evitar darles alimentos que no deben comer, como chocolate, uvas, frutillas, semillas de manzanas y cítricos.