El número de muertos por el huracán Helene llegó a 200 este jueves luego de que las autoridades de Georgia y Carolina del Norte reportaron más decesos por la tormenta. La cifra de víctimas fatales aumentó de 189 a 200 después que Georgia agregó ocho a su recuento y Carolina del Norte, tres. Las operaciones de búsqueda y rescate continuaban el jueves en las montañas del oeste de Carolina del Norte, que soportaron lo peor de la tormenta.
Helene llegó hace una semana al norte de Florida y dejó un rastro de destrucción por el sureste del país. Es el peor huracán que azota el territorio continental estadounidense desde el huracán Katrina en 2005.
El presidente Joe Biden sobrevoló la zona de devastación en Carolina del Norte y del Sur y pudo ver de primera mano el desastre dejado por el huracán.
Posteriormente, ya estando en Raleigh, Carolina del Norte, Biden elogió al gobernador demócrata de ese estado y al gobernador republicano de Carolina del Sur por sus respuestas a la tormenta, indicando que tras los desastres “dejamos la política de lado”.
“Nuestro trabajo es ayudar a tanta gente como podamos, tan rápido como sea posible y tan exhaustivamente como podamos”, subrayó.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, visitó este jueves por segundo día consecutivo las zonas devastadas por la catastróficas inundaciones y vientos que dejó Helene, que acumula ya más de 200 muertes y a las que el mandatario ordenó el envío de 1.000 soldados para ayudar con las tareas de recuperación.
El mandatario visitó primero Tallahassee, la capital de Florida, para luego hacer un sobrevuelo por las áreas por donde tocó tierra Helene, en las inmediaciones de Perry, en el noroeste floridano.
Biden ordenó al Departamento de Defensa enviar hasta 1.000 soldados en servicio activo a las zonas de desastre afectadas por Helene, que entró por Florida como un enorme y potente huracán y causó muerte y destrucción en al menos seis estados.
Los oficiales ayudarán a la distribución de alimentos, agua y otros suministros en muchas zonas, como Asheville, en Carolina del Norte, uno de los poblados más afectados.
El presidente también anunció el estado de emergencia, lo que permite, por ejemplo, el compromiso del gobierno federal de pagar por la remoción de escombros y las medidas de protección de emergencia durante seis meses. El dinero se destinará a abordar los impactos de los aludes de tierra y las inundaciones y cubrirá los costos de los socorristas, de las cuadrillas de búsqueda y rescate, así como de los refugios y la alimentación masiva.
A una semana de la llegada de Helene a Estados Unidos, al menos un millón de clientes se encuentran aún sin servicios de electricidad, y muchos otros incluso sin agua potable ni servicios de transporte ni comunicaciones.
Entre tanto, otro huracán, Kirk, continúa este jueves su desplazamiento sobre el Atlántico y aunque no parece que vaya a causar destrozos en tierra firme, se lo está monitoreando constantemente.