Victoria Villarruel espera en silencio que fracase Karina Milei para emerger como la representante de la “derecha lógica”.
La vicepresidenta está convencida de que más temprano que tarde va a chocar el esquema de poder que armó la hermana del presidente con Sebastián Pareja y los Menem. La primera muestra de debilidad importante se dio el sábado en el Parque Lezama, en el acto insustancial con el que Karina expuso tanto al presidente como a sí misma.
Villarruel estaba invitada al acto y faltó con la excusa de que no quería incomodar a los afiliados de su propio partido, el Demócrata de Buenos Aires, que tiene un diputado y cuatro concejales.
El karinismo le pasó factura rápidamente. Pareja, el armador bonaerense de la hermana presidencial, dijo en una entrevista con Eduardo Feinmann que sería “excelente” una fórmula Milei-Milei en 2027. Es decir, sepultó la reelección de Villarruel como vicepresidenta.
Como viene haciendo desde hace tiempo, Villarruel no respondió. El fin de semana, su indiferencia a los ataques del ala de Karina llegó al extremo de bloquear a Lilia Lemoine en Twitter.
La vice no viaja hace 15 días a las provincias y se concentra en acumular poder en la Cámara Alta. Una muestra fue la reunión de 45 minutos que tuvo a solas con Nayib Bukele, el presidente de El Salvador que es un héroe para los criptolibertarios.
Villarruel gestionó el encuentro bilateral por las suyas y lo hizo subir a Bukele a su despacho. No hablaron de Milei, según anticiparon a LPO fuentes al tanto de la conversación.
Villarruel sólo opina cuando se cruza un tema que cree que puede extender su base, como pasó con Diana Mondino y los vuelos ingleses a Malvinas, en donde combatió su padre. Su discurso atrae a una base conservadora y liberal, pero sin caer en los excesos de su compañero de fórmula.
La estrategia silenciosa por ahora es efectiva, al menos en lo que refieren las encuestas que la dan por encima del propio Milei en imagen.
