viernes, noviembre 15, 2024
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Flor Bertotti en concierto: El invitado que sorprendió al público

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En una noche cargada de emociones, el Movistar Arena de Buenos Aires se convirtió en una máquina del tiempo que transportó a miles de espectadores a su infancia. Flor Bertotti, la inolvidable protagonista de ” Floricienta” y “Niní”, regresó triunfalmente a los escenarios el 21 de septiembre de 2024, dos décadas después de haber cautivado a toda una generación de argentinos con sus personajes entrañables.

Con el estadio colmado de luces de celulares y personas vestidas como sus personajes de antaño, Bertotti ofreció un show que fue mucho más que música: fue una celebración de la infancia y adolescencia de quienes la acompañaron en su carrera. El ambiente festivo y emotivo del recital se sintió desde el inicio, cuando una cuenta regresiva proyectada en la pantalla llevó al público al éxtasis durante los últimos diez segundos antes de que la actriz hiciera su aparición. No hubo retrasos ni imprevistos, el concierto comenzó puntual y con la energía al máximo.

Uno de los aspectos más destacados fue la atención al detalle en cada parte del show, incluyendo los 13 cambios de vestuario que realizó a lo largo de la noche. Cada cambio de ropa era un guiño a los momentos icónicos de sus telenovelas, provocando suspiros y exclamaciones entre los presentes.

El público, muchos de los cuales optaron por vestirse como ella, compartió esa conexión especial, demostrando que los años no han disminuido la pasión por las historias que la artista protagonizó.

Flor Bertotti revive la magia de “Floricienta” en un show inolvidable

Asimismo, en un gesto de conexión íntima con sus seguidores, Bertotti cedió las riendas del repertorio a los espectadores, permitiéndoles elegir las canciones que deseaban escuchar. Esta dinámica transformó el concierto en una experiencia interactiva, donde cada tema se convertía en un himno coreado por miles de voces al unísono. La energía era tan palpable que incluso una camiseta de la selección argentina con el apellido de la cantante, obsequiada por un fan, encontró su lugar en el escenario, vistiendo a Flor con los colores patrios.

Sin embargo, el momento que se robó la noche llegó con la aparición sorpresa de Federico Amador, pareja de Bertotti en la vida real y compañero en “Niní”. Amador subió al escenario para cantar junto a ella “Te amo más”, la canción que ambos interpretaban en la novela.

La química entre ellos, visible en cada mirada y nota, hizo enloquecer al público, quienes vivieron un momento de pura emoción.

La atención al detalle en la producción del espectáculo fue increíble. Uno de los puntos álgidos fue cuando Bertotti interpretó “Mi vestido azul”, canción que trae recuerdos agridulces a los fanáticos de “Floricienta”, debido a la muerte Juan Gil Navarro (el Freezer) en la primera temporada. En un gesto teatral, los bailarines le colocaron el vestido azul mientras comenzaba la canción, reviviendo la escena que tantos aún llevan en la memoria.

Del mismo modo, para el clásico “Flores amarillas”, Flor Bertotti apareció con un vestido del mismo color, acompañada por un despliegue visual que complementaba la melodía y el tono de la canción.

El merchandising que todos querían tener

El ambiente festivo se extendió más allá del espectáculo en sí, con el merchandising como otro de los grandes protagonistas de la noche. Vinchas con flores y luces fueron los artículos más vendidos y se convirtieron en un símbolo de la velada. Los fanáticos, dispuestos a llevarse un recuerdo tangible, pudieron adquirir remeras por $25.000, buzos por $50.000, cuadernos por $20.000, vinchas con flores por $5.000 y vinchas con luces por $8.000, además de vasos por $2.000. Lo interesante es que el mismo podía pagarse en hasta tres cuotas sin interés, lo que hizo aún más accesible la experiencia.

Además, como broche de oro, se realizó un sorteo entre quienes compraron artículos de merchandising, en el que se regaló una entrada para el show en el estadio UNO de La Plata, anunciando al ganador al final del concierto.

Al cierre del recital, Flor expresó su incredulidad ante lo que estaba sucediendo: “No puedo creer que estemos acá, 20 años después”, declaró emocionada, provocando una explosión de aplausos entre los presentes. “¿Qué nos pasó? ¿Cómo puede ser? ¡No soltamos!”, añadió con una risa que reflejaba la complicidad que aún mantiene con su público.

El motivo es que, este concierto fue mucho más que un simple espectáculo musical, fue un viaje en el tiempo para miles de personas que alguna vez disfrutaron de sus novelas con una chocolatada en la mano. Para muchos, significó una segunda oportunidad para vivir la experiencia que en su momento no pudieron disfrutar por motivos económicos o de edad. Fue, en definitiva, un retorno a la infancia, un regalo que Bertotti supo entregar con el mismo carisma y frescura de siempre.

Todavía restan 11 shows más en el Movistar Arena, y todo indica que cada uno de ellos será tan memorable como el primero. La artista y su equipo han demostrado estar a la altura del desafío, ofreciendo un espectáculo lleno de emoción y alegría que sigue resonando en los corazones de aquellos que nunca dejaron de ser fanáticos.

Este día de la primavera, quedará grabado en la memoria colectiva como la noche en que miles de adultos volvieron a ser niños, aunque sea por unas horas. Flor Bertotti no solo cantó, tejió un puente entre el pasado y el presente, demostrando que algunas historias nunca terminan, solo se transforman y crecen con nosotros.