El presidente Javier Milei acusó hoy a la ONU de estar integrada por “burócratas internacionales” que, en lugar de “perseguir la paz”, buscan “imponer una agenda ideológica a sus miembros”.
“Se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no sólo qué debe hacer cada Estado Nación sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo”, expresó el mandatario al brindar su primer discurso ante la 79° Asamblea de la ONU, en Nueva York.
Milei advirtió que su objetivo es “decirle al mundo lo que va a ocurrir” si las Naciones Unidas “continúa promoviendo las políticas colectivistas de la agenda 2030”.
Al iniciar su discurso, el mandatario anticipó que expondrá sobre “los valores que Argentina defiende”.
Milei remarcó que “no es político” sino un “economista liberal libertario”, afirmó que “jamás tuvo la ambición de hacer política” y que fue “honrado con el cargo de presidente frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país”.
Los puntos más destacados del discurso de Milei en la ONU
“No soy político, soy un economista liberal, libertario, que jamás tuvo la ambición de hacer política y que fue honrado con el cargo de Presidente de la República Argentina, frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país”.
“Vengo a decirle al mundo, por un lado, lo que va a ocurrir si las Naciones Unidas continúan promoviendo las políticas colectivistas que vienen promoviendo bajo el mandato de la agenda 2030, y por el otro, cuáles son los valores que la nueva Argentina defiende”.
“Bajo la tutela de esta organización y la adopción de estas ideas, durante los últimos 70 años la humanidad vivió el período de paz global más largo de la historia, que coincidió también con el período de mayor crecimiento económico de la historia”.
“Se creó un Foro Internacional donde las naciones pudieran dirimir sus conflictos a través de la cooperación en vez de recurrir a las armas, y se logró algo impensado: sentar de manera permanente a las cinco potencias más grandes del mundo en una misma mesa, cada una con el mismo poder de veto, a pesar de tener intereses contrapuestos”.
“Todo esto no hizo que el flagelo de la guerra desapareciera, pero se logró que ningún conflicto escalara a proporciones mundiales. Pasamos de tener dos guerras mundiales en menos de 40 años a tener 70 años consecutivos de relativa paz y estabilidad global que permitió al mundo integrarse comercialmente, competir y prosperar”.
“Esto es lo que ha ocurrido bajo la tutela de las Naciones Unidas en sus primeras décadas, y por eso, desde esta perspectiva, estamos hablando de un éxito destacable en la historia de las naciones que no puede ser soslayado”.
“Ahora bien, en algún momento, y como suele ocurrir con la mayoría de las estructuras burocráticas que los hombres creamos, esta organización dejó de velar por los principios esbozados en su declaración fundante y comenzó a mutar”.
“Una organización que había sido pensada esencialmente como un escudo para proteger el reino de los hombres se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no sólo qué debe hacer cada Estado-Nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo”.
“Así es como pasamos de una organización que perseguía la paz a una organización que le impone una agenda ideológica a sus miembros, sobre un sinfín de temas que hacen a la vida del hombre en sociedad”.
“El modelo de Naciones Unidas, ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales que pretenden imponer a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado”.
“La Agenda 2030, aunque bien intencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas”.
“La historia del mundo demuestra que la única manera de garantizar la prosperidad es limitando el poder del monarca, garantizando la igualdad ante la ley y defendiendo el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de los individuos”.
“Hemos visto cómo una organización que nació para defender los derechos del hombre ha sido una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad, como por ejemplo con las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que deberían ser consideradas un delito de lesa humanidad”.
“En esta misma casa que dice defender los derechos humanos, han permitido el ingreso al Consejo de Derechos Humanos a dictaduras sangrientas como la de Cuba y Venezuela, sin el más mínimo reproche”.
“En esta misma casa, sistemáticamente se ha votado en contra del Estado de Israel, que es el único país de Medio Oriente que defiende la democracia liberal, mientras se ha demostrado, en simultáneo, una incapacidad total de responder al flagelo del terrorismo”.
“En el plano económico, se han promovido políticas colectivistas que atentan contra el crecimiento económico, violentan los derechos de propiedad y entorpecen el proceso económico natural, llegando a impedirle a los países más postergados del mundo gozar libremente de sus propios recursos para salir adelante”.
“Se ha promovido una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, exigiendo a los países más relegados que comprometan recursos que no tienen en programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover la agenda de las elites globales”.
“Tampoco la organización ha cumplido satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano en la relación con las Islas Malvinas”.
FUENTE: Noticias Argentinas