Los trabajadores del Hospital de Clínicas llevarán a cabo un abrazo simbólico al edificio, ubicado en el barrio porteño de Recoleta, y un acto a modo de protesta durante este martes por la mañana. El objetivo, según plantearon, es visibilizar la “crítica situación de financiamiento que atraviesa la Universidad de Buenos Aires (UBA)” y el “atraso salarial acumulado de más del 50%” que denuncian los empleados de la institución.
La manifestación comenzará a las 10, precisamente sobre la avenida Córdoba. Luego, los presentes también realizarán un acto de cierre sobre la calle Paraguay, donde se ubica uno de los accesos al lugar. La segunda actividad se desarrollará a partir de las 11 del mediodía.
Asimismo, serán trabajadores, tanto docentes como no docentes, quienes harán el abrazo simbólico como forma de protesta. También participarán decanos de las distintas facultades de la UBA y diferentes autoridades tanto de la universidad como del centro de salud.
“El Hospital de Clínicas José de San Martín es el establecimiento insignia del sistema de salud universitario de nuestro país y ocupa un rol fundamental en la red hospitalaria de la Ciudad de Buenos Aires”, recalcaron a través de un comunicado.
Y continuaron: “Allí desarrollan sus tareas más de 3000 trabajadores, entre profesionales de la salud que atienden a más de 1000 pacientes diarios y quienes realizan tareas administrativas y de mantenimiento. Al tratarse de un hospital escuela, también se forman allí futuros profesionales en el campo de la medicina y la investigación”.
En este sentido, desde la institución remarcaron que la protesta “busca visibilizar la crítica situación de financiamiento que atraviesa la Universidad de Buenos Aires, sumado al atraso salarial acumulado de más del 50% que padecen sus trabajadores”.
A principios del 2024, precisamente en abril, Marcelo Melo, el director del hospital, contó a Infobae que el Clínicas bajó su funcionamiento a un 30% o 40% de sus condiciones promedio, tras haber recibido el mismo presupuesto que en 2023 para desarrollar sus actividades.
Y advirtió: “Estamos suspendiendo cirugías. Operamos sólo infecciones, casos oncológicos y fracturas. E incluso tenemos que empezar a ver, en esos escenarios, qué es lo más urgente”.
“Esos triage, los de tener que decidir a qué paciente atendés porque no te alcanzan los recursos, se hacen en catástrofes. En estados totales de emergencia. No en el día a día. Es un problema muy grave estar en este escenario”, detalló Melo en aquel momento.
Y sumó: “Lo que nos pasa es que internamos a un paciente para asistirlo pero no podemos tratarlo porque, por ejemplo, no tenemos la medicación precisa que necesita. Mis colegas están todos angustiados porque no internar cuando es necesario es hacer las cosas mal, e internar y no tratar también es hacer las cosas mal, porque incluso puede hacerle peor al paciente. Eso nos pone entre la espada y la pared”.
El contexto de protesta y descontento en el Hospital de Clínicas es similar a lo que expresaron los trabajadores del Hospital Garrahan recientemente. Es que en el centro de salud especializado en niños, llevaron adelante un paro de 24 horas el pasado 19 de septiembre. Es más, se trató de la segunda medida de fuerza que emplearon en tan solo un mes. El primero de ellos sucedió a principios de septiembre, precisamente a cuatro días de que comenzara el mes.
En ambos casos, los reclamos fueron impulsados para exigir una mejora salarial y un incremento en el presupuesto. Fue la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT) quien convocó a implementar la medida de fuerza. Además, pidieron una recomposición salarial del 100%.
“Sin salarios dignos para el personal de salud, no hay hospital público”, indicó la premisa bajo la que se manifestaron.