“No por hablar de suicidio la gente se mata”

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“Siempre hubo un manto entre el silencio y el estigma en torno al suicidio, como un tabú, y las personas que perdieron un ser querido, que también hay muchas y son parte del abordaje general, también se ven alcanzadas por eso, porque es algo que no terminan de elaborar en comunidad. Por eso, la campaña Desactivamos el Silencio es asumir, como sociedad, que esto es parte del problema y que nosotros como Estado debemos tomar las medidas necesarias para revertirlo”.

Según datos oficiales de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud del Ministerio de Salud de la Nación, en la última década Argentina registró un promedio de 3175 muertes por suicidio al año, de las cuales alrededor del 50 por ciento corresponden a adolescentes y jóvenes adultos de hasta 34 años, lo que posiciona al suicidio como la principal causa de muerte en ese rango etario, por delante de los siniestros viales. Por ese motivo, y en el marco del Día Mundial por la Prevención del Suicidio, la Provincia lanzó, entre otras cosas, la campaña de sensibilización “Desactivemos el Silencio”.

Las herramientas de promoción de prácticas de cuidado y acompañamiento fueron presentadas por la Subcomisión Interministerial para la Prevención y Abordajes del Suicidio en las Adolescencias y Juventudes, que es coordinada por el Ministerio de Salud, pero que está integrada por las áreas de Cultura y Educación, Comunicación Pública, Desarrollo de la Comunidad, Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, y Mujeres y Diversidad.

Julieta Calmels, subsecretaria de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias de la Provincia, dialoga y explica que en los casos de suicidio se reúnen situaciones muy heterogéneas y diversas, pero subraya que “este es un país donde la decisión sobre la vida y la continuidad de la vida tiene particularidades, entonces también hay suicidios con esa vinculación, y no hay tema más doloroso para una comunidad, para un Gobierno, o un Estado, que el hecho de que otro ciudadano se quite la vida”.

Por ese motivo, Calmels destaca que la Provincia basa su abordaje en tratar los suicidios como fenómenos multicausales, que requieren ser hablados comunitariamente, con el fortalecimiento de las acciones del sistema de salud que permitan hacer seguimientos y cuidados muchos más consolidados y fuertes. La funcionaria asegura que los lineamientos se explican, primero, “en un profundo interés del gobernador Axel Kicillof, que lo expresa siempre, de manera directa y sin pelos en la lengua”. Calmels asegura que el Desactivemos el Silencio “empezó por él”, y señala que en las diversas jornadas de salud mental, “Kicillof siempre habló mucho sobre este tema, sobre la importancia del cuidado de la vida, de los cuidados en general, y de la importancia de la vida de todo bonaerense para nuestra provincia”.

Esto toma particular relevancia ya que Javier Milei, antes de asumir como presidente, aseguró que “el que quiera drogarse que se drogue y el que quería suicidarse que lo haga, siempre y cuando no le genere un gasto al Estado”. Por el contrario, Kicillof “siempre apuntó a la absoluta importancia que tiene para nosotros la vida”, según destaca Calmels. En lo que va del año, de acuerdo a la Defensoría del Pueblo bonaerense, el Gobierno nacional instrumentó un recorte de más de 216 millones de pesos en el programa Prevención y Tratamiento de Patologías Específicas, que entre sus funciones debe desarrollar acciones para la promoción y apoyo de la salud mental.

En esa línea, la Subcomisión Interministerial para la Prevención y Abordajes del Suicidio en las Adolescencias y Juventudes bonaerense presentó la primera parte de una campaña comunicacional que busca sensibilizar la problemática y aportar lineamientos para el abordaje integral de la temática. Según indicaron, durante su segunda etapa proyectarán distintos productos audiovisuales para acompañar el proceso de abordaje. También lanzaron dos documentos, que son las Guías para la conformación de “Mesas intersectoriales Locales” y las “Estrategias de acompañamiento para la posvención”, que sirven para diseñar e implementar estrategias territoriales adecuadas a las condiciones sociales, políticas, económicas, habitacionales, ambientales, culturales, de cada persona que atraviesa la problemática.

Al ser consultada sobre ello, Calmels asegura a este diario que la Subcomisión Interministerial “está trabajando todo el tiempo”. Lo destaca porque “hay comisiones que sirven para desencadenar procesos que después siguen su curso en cada ministerio”, pero no ocurre así con la destinada para el abordaje del suicidio, que funciona de manera permanente. Sobre el documento de las mesas intersectoriales locales, la funcionaria asegura que “hay un trabajo posible” en las comunidades mediante la articulación de áreas de Gobierno y de la sociedad civil, ya que la del suicidio “no es una problemática exclusiva del sistema de salud”.

“Es muy importante decirlo, porque si bien Salud conduce esa comisión, está dicho en todos los enfoques mundiales de abordaje del suicidio que no hay que tomarlo como una problemática exclusiva de la salud de las personas”, destaca Calmels, y agrega: “Cuando indagamos la situación de personas que han finalizado con su vida, muchas no concurrieron nunca al sistema de salud, con lo cual no tiene que ver con no haber abordado bien la atención o el cuidado, sino con que estamos tratando de construir alertas, cuidados, y acompañamiento desde otros sectores porque las personas a veces no transitan por el sistema sanitario”.

Siempre rondó la idea de que el suicidio se explicaba por las depresión, pero Calmels asegura que el suceso no siempre tiene que ver con eso. Si bien recuerda que “la depresión es uno de los riesgos que puede desencadenar en el suicidio y es muy importante que se acuda al sistema de salud cuando alguien transita esa problemática”, apunta que en el suicidio “se habla de la multicausalidad, porque son muchos los factores que intervienen para un desencadenamiento de este tipo”. “Tenemos la idea de que es un acto impulsivo, del que no podemos saber nada hasta que sucede, pero hay muchas cosas posibles de hacer antes, y una de ellas es hablar del tema”, dice la subsecretaria de Salud Mental, y explica que por ese es uno de los fines de la campaña Desactivemos el Silencio.

Otro de los prejuicios ligados al tema de los suicidios es que hace mal hablar del tema, porque eso podría generar la inducción al hecho o una instalación del mismo en aquellos que no lo tenían en mente. Calmels explica: “Eso no es así, no por hablar de suicidio la gente se suicida, en general son hechos que tienen que ver con ideas y planificaciones que llevan bastante más tiempo del que imaginamos. Incluso, a su vez, los suicidios son la punta del iceberg, apenas la muestra de algo que está por debajo, que son una infinidad de situaciones de riesgo y de sufrimiento, sobre las que se puede trabajar mucho si hablamos de este tema”.

Calmels apunta que el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, considera a la salud mental en el conjunto de las políticas sanitarias, desde la salud comunitaria hasta las internaciones por salud mental. Por ese motivo, la subsecretaria apunta que su área y los organismos ligados a la materia tienen la responsabilidad de construir herramientas, intervenciones concretas, programas, de coordinar la mesa intersectorial y de producir documentos como los mencionados. La Mesa ya lleva tres años y medio y trabajó junto a 35 municipios, donde realizaron jornadas específicas sobre el tema, ya sea en las escuelas o en los territorios.

Si bien la Provincia despliega distintas estrategias para el abordaje del suicidio, el contexto general que atraviesa el país no es cosa menor, y Calmels advierte que “si el Gobierno nacional no revierte sus políticas, hay una cuota de enorme sufrimiento para nuestro pueblo que no se va a resolver con ninguna acción del sistema de Salud ni de ningún área del Estado provincial”.

El Gobierno nacional, de un día para el otro, cortó la entrega de medicamentos de la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE). Si bien el tema tomó total relevancia porque Milei y compañía cortaron la entrega de medicación oncológica, Calmels destaca que DADSE también entregaba psicofármacos, pero “dejó sin esos remedios a 3 mil personas, y abandonaron la construcción de centros de día y casas de externación, y no siguieron con la política vinculada a adicciones del Sedronar”, según remarca la subsecretaria.

“Una persona que se queda sin psicofármacos representa una gravedad absoluta”, explica la funcionaria, pero advierte que “desde la Provincia estamos dando respuesta a eso para que nadie quede sin medicación, pero no llegamos a todos porque las políticas sanitarias a nivel nacional llegaron a un claro abandono de persona”. El Estado bonaerense, además, está ampliando las camas de internación pública, para que las situaciones de crisis y los intentos puedan tener una atención adecuada.

“En la pandemia los casos de suicidio bajaron en la Provincia. Es un dato llamativo, porque además, en general, bajaron casi todos los fenómenos vinculados a salud mental. Sin embargo, después de la pandemia, subieron claramente”, indica Calmels, que asegura que este año “va a haber que estudiarlo”, porque Argentina atraviesa tiempos “de mucha complejidad”, y en general, “todos los periodos de fuertes crisis económicas y ahogo financiero al pueblo, hay un aumento de la tasa de suicidios”.

En 2001, por ejemplo, hubo un pico en el índice de suicidios. Calmels destaca que “pareciera que están subiendo los suicidios de personas más grandes”, por lo que la mayor cantidad pareciera no estar sólo concentrada en jóvenes, sino en personas adultas que ven su vida en situaciones muy apremiantes, y “en una realidad en la que a veces cuesta pensar cómo se puede salir de esta situación para muchas personas”.

El de las estadísticas es un tema de mucha sensibilidad por cómo varían las fuentes de información. En general, la construcción de estadísticas es bastante posterior, porque está ligada a las certificaciones de muertes y a cómo llegan primero a los registros civiles, y luego al sistema de salud. De todas maneras, Calmels asegura: “La Provincia está trabajando la posibilidad de tener un acceso más rápido a esa información, mediante convenios entre los ministerios bonaerenses involucrados en la problemática. Eso permitirá tener información más actualizada, porque de otra manera, la información se construye a través de los registros de defunción y varía según cómo se cargue el fallecimiento, lo que genera que la estadística se vaya completando con bastante desfasaje de tiempo”.

Desde el año pasado existe, a nivel nacional, una obligación de reporte obligatorio para todo el sistema de salud de los suicidios y los intentos de suicidio de los que el sistema de salud tiene noticias, es decir, de los que llegan a hospitales, que es una porción mucho menor que el total. Como la mayoría de las defunciones por esa causa no se producen adentro de los hospitales, el primer acceso al hecho está en manos de la policía, lo que genera que la información no esté al alcance de las autoridades sanitarias.

Calmels dice que se pueden hacer muchas cosas para prevenir el suicidio en los distintos niveles del Estado, en la comunidad y las relaciones interpersonales. “Por ese motivo hacemos el pedido para que Milei revierta las políticas de asfixia económica y de inhumanidad que produce sobre el pueblo”, cierra la subsecretaria.