
Cuando fue el turno de Nicolás Payarola de ser indagado por el fiscal Cosme Iribarren en una causa por estafas, el imputado se llamó a silencio y eligió ajustarse a un escrito que ya había presentado. También pidió que citen a declarar a Wanda Nara, su antigua cliente antes de que estallara el escándalo judicial contra quien fuera también abogado del futbolista Gonzalo “Cachete” Montiel, que también lo denunció.
Este miércoles, en otra tanda de indagatorias ante la Unidad Funcional de Instrucción Distrito Benavidez, fue el turno de prestar declaración indagatoria de la abogada Sofía Belén Ferrarazzo, pareja de Payarola y que también está acusada en la causa que investiga una presunta maniobra de estafa y defraudación por administración fraudulenta, con derivaciones en el posible lavado de activos de origen delictivo. Ella no se calló.
La acusación central que pesa sobre Ferrarazzo y Payarola se apoya en dos hechos principales. El primero, ocurrido en agosto de 2021, involucra a una mujer que contrató los servicios del estudio jurídico ubicado en la Avenida Juan Domingo Perón 2302, San Fernando, para iniciar acciones legales vinculadas a la división de bienes, alimentos, visitas y atribución de vivienda tras la disolución de su vínculo conyugal.
Según la imputación, Ferrarazzo y Payarola habrían convencido a la clienta de la existencia de cuentas bancarias en el exterior, supuestamente a nombre de su ex pareja, con fondos cercanos a 9.000.000 de dólares. Bajo la promesa de crear una “cuenta espejo” en los Estados Unidos para rastrear y eventualmente retirar esos fondos, los imputados solicitaron reiteradas sumas de dinero a la mujer, quien entregó al menos USD 800.000 en efectivo en el estudio jurídico.

La investigación sostiene que ese dinero nunca fue destinado a los fines prometidos y que los abogados se habrían apropiado de él en beneficio propio, quebrando la confianza profesional y generando un perjuicio económico que obligó a la víctima a buscar nuevos representantes legales.
El segundo hecho, fechado en febrero de 2021, involucra a otras dos clientas, quienes recurrieron al mismo estudio para gestionar una sucesión. De acuerdo con la acusación, Ferrarazzo y Payarola les aseguraron que el causante poseía propiedades en el exterior, particularmente en Estados Unidos y España, y que era necesario iniciar trámites sucesorios y abonar impuestos en el extranjero. Para ello, solicitaron USD 274.000 en efectivo, suma que, según la fiscalía, fue utilizada en provecho propio y no para los fines legales invocados.
La calificación legal provisoria para Ferrarazzo es la de coautora de estafa en ambos hechos y este miércoles fue indagada por esos delitos y representada por los abogados Emmanuel Maximiliano Carro y Facundo Melo.
Durante su declaración, Ferrarazzo optó por brindar su versión de los hechos. Relató que comenzó a ejercer como abogada en 2019 o 2020, inicialmente en tareas menores y con escasa presencia en el estudio debido a la atención de su hijo pequeño, quien en 2021 fue diagnosticado con una enfermedad renal que requirió internación y tratamiento prolongado.
“Cada vez estuve más abocada al cuidado de mi hijo y no iba a la oficina”, afirmó, y agregó que en 2023 nació su segunda hija, lo que la alejó aún más de la actividad profesional. Según su testimonio, sus tareas en el estudio eran principalmente administrativas y de coordinación, y no percibía ingresos propios: “Era Nicolás el que llevaba adelante toda la familia”.
Respecto de la primera acusación en su contra, en el caso de la mujer que se estaba searando, se defendió: “La primera entrevista se la tomo yo porque yo ahí me dedicaba a las cuestiones de familia. Le cobré una consulta de cien dólares a ella, después no tuve más injerencia en nada, tenía un tema muy grande que yo no podía manejar, las pasé a otros abogados del estudio, eran Nicolás y otro que no recuerdo el nombre. No tuve ninguna intervención en el caso, más allá de hablar de los hijos y un hola y un chau en el pasillo. Nunca participé en ningún tema”.
En relación al expediente sucesorio de la otra familia, la imputada explicó que su intervención se limitó a la representación de un menor de edad, en un acuerdo de alimentos que fue homologado judicialmente.
“Respecto de la sucesión la llevaba Nicolás con otro abogado. Jamás me entregaron dinero a mí de ningún tipo”, declaró, y remarcó que su participación fue marginal y acotada a un solo acto procesal.
La causa cuenta con un extenso plexo probatorio, que incluye declaraciones testimoniales de las víctimas, informes bancarios, pericias caligráficas, documentación migratoria y registros de allanamientos y detenciones.
Al cierre de la audiencia, Ferrarazzo manifestó: “Soy la primera interesada que todo esto se esclarezca. Es una injusticia que esté pasando por todo esto porque considero que no hice nada, ninguna actividad que haya hecho dentro de las tareas que tenía ha sido ilegal o fuera de lo normal”. Rehusó responder preguntas de la fiscalía y se comprometió a aportar el patrón de desbloqueo de su teléfono cuando lo recordara.








