El 28 de diciembre, Día de los Inocentes, buscaré en los periódicos alguna noticia en broma. Es una costumbre que se ha ido perdiendo, es cierto, pero tiene su lógica. En la aldea mediática de hoy nos costaría identificarlas. Pasamos el año con noticias, que digo noticias, portadas inventadas que parecen de chiste, y que nos tenemos que tomar en serio, y lo que es peor, que se hacen en serio.
Días atrás la inestabilidad política francesa nos privó de saborear una noticia excepcional: la manifestación de millonarios por las calles de París. Existe una actualidad que no hace otra cosa que desactualizarse, y uno ya no está para estos sofocones. Empresarios y grandes fortunas, a través de la patronal gala, estaban dispuestos a salir a protestar por la “tasa Zucman”, una medida impositiva que grava con el 2% a las grandes patrimonios. La movilización se canceló al coincidir con los días en que el país se asomó al abismo ante el vacío de poder. Uno de los posibles asistentes, Bernard Arnault, presidente del grupo de lujo LVMH (Tiffany, Dior, Loewe, Vuitton, Bulgari, Moët & Chandon, Hublot, Givenchy, Fendi…etc) declaró que estas ideas (la tasa) son propias de “militantes de extrema izquierda” deseosos de “destruir la economía liberal”.
Con el periódico se debería dar una pastilla de biodramina, por los mareos. Que época zarandeada. Nada es lo que parece. Millonarios reclamando justicia impositiva por el empedrado del 68, con sus pancartas, con sus consignas (ultraricos, “uníos”), incendiando tachos de basuras, rompiendo vidrieras, no de bancos, sino de puestos de vendedores de verduras, golpeados por los antidisturbios.
Algo falla en el sistema tributario, cuando en 2011, Warren Buffett (décima fortuna del mundo) se preguntaba en el New York Times como era posible que pagase proporcionalmente menos impuestos que su secretaria. La respuesta es relativamente sencilla: los sistemas fiscales gravan más el trabajo que el capital.
En 2023, algunos millonarios, entre ellos Abigail Disney, heredera de la compañía de animación, firmaron la carta abierta “Pround to Pay More” (Orgullosos de pagar más), que presentaron en Davos. “Insólitamente” no figuraba ningún argentino. Tampoco Jim Ratcliffe, la segunda persona más rica del Reino Unido, habitual de la ciudad suiza y acérrimo enemigo de la “tasa Zucman”. Hace diez años que vive en Mónaco para pagar menos impuestos. En 2023 desembarcó en la conducción ejecutiva del Manchester United, por un monto accionarial de 1.500 millones de euros. Hoy, históricamente el club más poderoso del mundo (junto al Real Madrid), acumula una deuda de 700 millones de libras, y futbolísticamente está desaparecido.
Se sabía a que jugaba el oligarca, en “hiperglobalizar” la petroquímica Ineos, la joya de la corona de su grupo. A mediados de diciembre, Ratcliff transfirió la participación del Manchester United a dicha empresa con sede fiscal en el paraíso de la isla de Man. ¿Se imaginan a Boca con sede central en las Islas Caimán? El sueño húmedo de Macri y Milei.
En ocasiones, tenemos la sensación de que vivimos en un mundo que no está disponible para nosotros. Necesitamos un proyecto colectivo y participativo destinado a aportar una mayor transferencia sobre la evolución de las desigualdades de renta y de riqueza. Nos han contado que la vida es eso: trabajar no ya para vivir, sino para intentarlo. Esa habilidad humana de seguir existiendo sin que nada nos afecte demasiado.

(*) Periodista, ex jugador de Vélez, clubes de España y campeón del Mundo 79







