Escuchar música y realizar actividades vinculadas al arte puede traer muchos beneficios para la salud. Más allá de las indicaciones tradicionales para cuidar el cuerpo y la mente, también podemos incorporar hábitos que resulten muy beneficiosos, como disfrutar de la música que nos gusta. Así lo demostró un estudio realizado por la Universidad de Monash, en Australia, que fue encabezado por la estudiante de honor Emma Jaffa y la profesora Joanne Ryan. En la investigación analizaron a 10.800 adultos mayores de 70 años que estaban en contacto con la música y no tenían diagnóstico de demencia.
“Se utilizaron modelos de regresión de riesgos proporcionales de Cox para determinar la asociación entre el nivel de participación musical (escuchar música, tocar un instrumento o una combinación de ambos) y el riesgo de demencia a partir del tercer año”, explicaron sobre el método aplicado. Por un lado, se registró una reducción del 33% en el riesgo de demencia entre las personas que escuchan música de manera constante, y también se observaron mejores puntuaciones globales de cognición y memoria en ese grupo. De todos modos, no se comprobó que quienes tocan un instrumento presenten una disminución significativa en el riesgo de desarrollar demencia.
«Los participantes que escuchaban y tocaban música tuvieron una disminución del 33% en el riesgo de demencia y una disminución del 22% en el riesgo de CIND». Y agregaron: «Escuchar música constantemente se asoció con una mejor cognición global y memoria a lo largo del tiempo, pero no así con las demás áreas cognitivas«. Como conclusión final de este estudio, los profesionales determinaron: «Estos resultados resaltan la música como una estrategia potencial, prometedora y accesible para ayudar a reducir el deterioro cognitivo y retrasar la aparición de la demencia en etapas posteriores de la vida».








