El jardinero Gustavo Javier Echeveguren (38) fue imputado este jueves por el homicidio criminis causa (NdeR: matar para ocultar otro delito, en este caso el robo) de la psiquiatra Virginia Franco, la mujer de 68 años que fue hallada asesinada en su casa de la localidad platense de City Bell el pasado 13 de noviembre.

Según pudo saber Infobae, el jardinero se negó a declarar ante el fiscal del caso Álvaro Garganta y quedó formalmente detenido por un delito que tiene una pena en expectativa de prisión perpetua.

Para los investigadores, el lunes 10 de noviembre Echeveguren discutió con la psiquiatra por el costo del trabajo que había hecho. Eran 30 mil pesos de diferencia entre lo que pagaba la mujer y lo que exigía el hombre.

Tanto es así que la psiquiatra le envió un audio al hombre que solía hacer los trabajos de jardinería en su casa, pero que, como tenía 73 años y se había jubilado, le dejó a Echeveguren la cartera de clientes. Ese mensaje de voz, la mujer se quejaba del trabajador que le había recomendado: “Es un irrespetuoso”, le dijo.

El 13 de noviembre, tres días después de la discusión y cuando el jardinero fue a la casa de Franco, los investigadores sospechan que la mujer lo descubrió robando: “Ya que no pudo cobrar lo que quería habrá dicho ‘el precio lo pongo yo’ y se quiso llevar algunas cosas”, detallaron lo que imaginan como un escenario previo al homicidio.

En ese marco, discutieron, forcejearon y sucedió el crimen. Según la segunda autopsia, realizada por los forenses de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte Bonaerense, la psiquiatra murió desangrada: tenía una puñalada en el cuello que le dejó una herida de seis centímetros debajo de la oreja izquierda.

Luego, el cadáver presentaba otras lesiones que dieron cuenta de que la mujer se intentó defender: cortes en el cuero cabelludo, en la oreja izquierda, en los párpados y cejas, y en el dedo índice izquierdo había una fractura, además de hematomas en sus brazos.

Virginia Franco, la psiquiatra asesinada en City Bell

Los videos completaron lo que sucedió luego. El jardinero, al que se lo ve llegar al barrio con una escalera, después se observa que se va con la escalera, una bicicleta y una mochila. No se llevó más que el rodado que había pertenecido al difunto marido de la psiquiatra y unas herramientas.

En una de las mesas de la casa de la psiquiatra quedó la computadora de la víctima. También había varios elementos de valor en la vivienda: alhajas, dos autos, incluso la TV.

Eso hallaron los policías cuando el 15 de noviembre llegaron a la casa de la psiquiatra, alertados por un amigo de la mujer porque nada sabía de ella. Fue él quien les abrió la puerta. Y ahí estaba el cuerpo. Franco llevaba dos días muerta.

Echeveguren tras su arresto

En base a esa escena del crimen donde había objetos de valor, surgieron dudas al principio sobre si realmente se había tratado realmente de un homicidio en ocasión de robo. Incluso, el amigo que denunció el caso quedó demorado unas horas.

Pero las cámaras de seguridad, los testimonios, y la mirada crítica que hizo que a los investigadores les llamara la atención el jardín descuidado fueron derivando las sospechas hacia otro lado. Fue el audio que la psiquiatra le mandó al jardinero jubilado el que reveló lo que se sospecha fue el móvil del asesinato de la mujer de 68 años.

Así, este martes Echeveguren fue detenido. Lo atraparon cuando se escapaba a Tucumán: tenía un pasaje para las 19 de ese mismo día para viajar a la provincia del NOA y ya había armado hasta el bolso cuando los policías de la DDI de La Plata lo arrestaron en la esquina de su casa de City Bell.

La casa de Echeveguren fue allanada: los policías encontraron allí ropa similar a la que usó el día del crimen de Franco, además de herramientas, como una sierra y una tenaza, pero ninguna parece ser el arma usada para matar a la psiquiatra.