Gustave Flaubert recitaba en voz alta sus textos, él solo en su estudio de Croisset, para comprobar su musicalidad. La frase no era buena hasta que no tenía la “sonoridad justa”. El prosista por antonomasia del XIX concebía la literatura como verso, como música. Ni falta hace decir que el ritual flaubertiano del gueuloir, que así le llamaba, hunde sus raíces en la tradición oral, cuando el texto se musicaba para memorizarlo y entonarlo, cuando palabra y canto eran lo mismo. La historia nos dice que literatura y música, desde la épica griega hasta Dylan, son algo así como indisociables. Y es por todo esto que no debería extrañar a nadie que un festival de literatura cuente con su programa musical.
Como ciudad invitada al FIL de Guadalajara, Barcelona también exhibirá una muestra de lo más variado de la música que se produce no solo en la capital, sino en toda Catalunya. Pero antes de repasar la lista de actuaciones, cabe detenerse en la gran figura que representará la ciudad en términos de literatura y música como artes inseparables: Joan Manuel Serrat. Es cierto que el del Poble Sec no actuará, pero sí hará las veces de embajador de la cultura catalana como cabeza de cartel. En concreto participará en el programa Mil jóvenes, en una conversación con estudiantes que moderará Benito Taibo el 4 de diciembre. “Joan no viene tanto como músico sino como catalán”, aseguraba la directora del encuentro, Marisol Schulz. Serrat también es protagonista indirecto de una de las presentaciones de libros, la de Y uno se cree (Alfaguara), obra en el que el mexicano-barcelonés Jordi Soler relata el arte de componer una canción a cuatro manos.








