
Un cargamento de casi 47 kilos de cocaína fue secuestrado por la Gendarmería Nacional durante un operativo vial sobre la Ruta Nacional 34, en el peaje Chalicán, provincia de Jujuy. La droga estaba oculta en compartimientos especialmente acondicionados dentro de un vehículo que oficiaba de remís, según indicaron fuentes policiales a Infobae. Por el hecho detuvieron a dos hombres mayores de edad y se secuestró la droga descubierta.
El caso se inició a partir de una investigación desarrollada por la Unidad de Inteligencia Criminal de la provincia de Salta para regular los delitos vinculados al tráfico ilícito de estupefacientes en Argentina. A partir de distintas tareas de seguimiento, los investigadores lograron identificar el movimiento sospechoso de dos vehículos sobre una de las principales rutas de conexión entre el norte argentino y el resto del país.

En consecuencia, se organizó un procedimiento coordinado entre la mencionada división y efectivos del Escuadrón 60 “San Pedro” que permitió desplegar un control sobre el peaje Chalicán, un paso estratégico en el corredor logístico del noroeste regional. Allí, los uniformados interceptaron un automóvil Kia que cumplía funciones de remís, donde viajaba el principal investigado, junto a otro rodado que, según la investigación, actuaba de puntero, con otro hombre al volante.
La revisión de los vehículos se realizó con la intervención del perro detector de narcóticos “Lev”, que confirmó la presencia de sustancias prohibidas al recorrer el perímetro del remís. La reacción del animal focalizó la inspección de los uniformados sobre el paragolpes trasero y el sector lateral del guardabarros, donde la estructura evidenciaba anomalías.

En esos puntos, los agentes identificaron compartimientos ocultos diseñados para disimular el tráfico ilegal de drogas. Tras una labor minuciosa, extrajeron 45 paquetes prensados, correctamente denominados “ladrillos”, con un peso total de 46 kilos y 867 gramos de cocaína.
Ambos hombres, mayores de edad y con domicilio fuera de la provincia, fueron detenidos en el lugar del operativo. Según la reconstrucción judicial, el conductor del rodado Toyota cumplía funciones de puntero, es decir, avanzaba por delante del remís para advertir demoras o controles policiales y facilitar el paso del cargamento.

La Unidad Fiscal Federal de Salta orientó el decomiso tanto de la droga como del vehículo principal, que quedó a resguardo de la Justicia federal bajo cadena de custodia. Las fuentes consultadas detallaron que la instrucción penal contempla los delitos de transporte agravado de estupefacientes y asociación ilícita, delitos que prevén penas severas en el Código Penal argentino.
El operativo contó además con el respaldo de la Unidad de Inteligencia Criminal “Jujuy” y el Grupo Operativo de Lucha Contra el Narcotráfico (GOCNOA), que aportaron recursos logísticos y personal especializado para asegurar el éxito de la intervención. La investigación continúa en curso, con análisis de comunicaciones y pericias sobre los vehículos, orientadas a determinar la posible vinculación de los detenidos con redes criminales de alcance regional.
Cayó una banda narco liderada por presos desde tres cárceles bonaerenses
En los últimos días, una banda dedicada al narcotráfico fue desarticulada tras una investigación de un año y siete meses encabezada por Gendarmería Nacional en la provincia de Buenos Aires. El operativo estuvo a cargo del Escuadrón de Operaciones Antidrogas, que logró establecer que la red era coordinada desde el interior de tres unidades penitenciarias, con el apoyo de familiares en libertad.
Según relataron fuentes del caso a Infobae, la investigación se inició por orden del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de San Isidro. En este contexto, los investigadores recurrieron a la implementación de herramientas como escuchas telefónicas, análisis de datos y entrecruzamiento de información para reconstruir el accionar de la organización criminal.
De acuerdo a la información recabada, el grupo se dedicaba a la adquisición, almacenamiento y venta de drogas en los partidos de Tigre y San Martín, tomando como base la localidad de Rincón de Milberg, en la zona Norte del Gran Buenos Aires.
El liderazgo de la banda se encontraba en manos de un preso de la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata, quien mantenía comunicaciones permanentes con otros dos internos alojados en la Unidad 31 de Florencio Varela y la Unidad 1 de Olmos. De acuerdo con el expediente, estas personas utilizaban mensajes y llamadas para impartir instrucciones a sus familiares, que se encargaban de comprar, trasladar y distribuir la droga fuera de las cárceles.








