Aún en un escenario de dólar artificialmente quieto por la intervención oficial, los precios de los alimentos se están moviendo rápido, con un producto central en la mesa de los argentinos que tiene subas récord: la carne, según fuentes del sector, tiene aumentos en mostrador de hasta el 25 por ciento, generadas por el hambre exportadora que generó la apertura de Javier Milei y el incremento del precio del ganado en pie.
En menos de dos meses, de septiembre a esta parte, los carniceros y matarifes registraron subas que impactarán en la inflación de noviembre, que las consultoras estiman por encima del 2,5 por ciento. Es que carnes y alimentos explican el 33 por ciento del IPC, que como mide con metodología vieja, está muy atado a esa evolución. Por ahora, en el sector no ven un correlato de parate del consumo, que ya venía muy golpeado y con derivaciones a productos alternativos, como el pollo.
“La carne subió desde octubre un 15 por ciento; la realidad es que tendríamos que ir de a poco a los precios internacionales, los precios se van a ir afianzando, no van a bajar y van a seguir subiendo”, expresó Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores. El dirigente sectorial agregó que “hoy el Mercado Agroganadero de Cañuelas se mantuvo muy firme en los precios, con 8 mil cabezas”.
Cuando se mira por productos, hay aumentos de hasta 3000 pesos por corte. Ya no queda, aseguran los carniceros, asado por menos de 15 mil pesos, y ese precio ya es difícil de conseguir. En cuanto a otros cortes populares, también se ve un desboque: las milanesas pasaron a costar hasta 18 mil pesos por kilo, un valor que puede ser mayor en zonas de mayor poder adquisitivo. La carne picada, en tanto, oscila entre 8000 como precio barato hasta los 10 mil pesos. Se estima en carnicerías que, a raíz de la demanda que suele haber en las Fiestas, el precio seguirá aumentando y en diciembre se verán incrementos extra de hasta 5 por ciento. Muchos pequeños carniceros les están recomendando a los consumidores que, si pueden y les da el bolsillo, compren hoy y congelen hasta las Fiestas.
Precisamente, los matarifes aseguran, también, que “hay un tema de temporada, ahora la gente empieza a comprar más milanesa, algo de parrilla, churrasco entonces lo que es la parte del pecho del animal, que se usa para puchero, se empieza a vender menos y se le pone menos aumento y se le pone mas a la parte trasera del animal”. De este modo, afirmó que “hay cortes que suben más que el promedio” y observó que “el argentino va comprando antes, por la inflación que hubo y porque sabe que va a haber aumentos”.
Pedace, en este contexto, criticó la política oficial para el sector. Aseguró que para recomponer el stock ganadero hace falta “una política previsible como ahora, que haya un rumbo, que no les mientan (a los productores), que no cierren exportaciones, que el dólar sea libre. Todo esto hace que el productor apueste al ganado”. A renglón siguiente, se metió en uno de los temas más delicados: el impacto que tiene la apertura exportadora sin controles, que transforma precios locales en internacionales.
El empresario afirmó que “los chinos empezaron a comprar bife de chorizo, están probando carne buena” y dijo que “en ese contexto nos vamos a quedar sin vacas” porque “hay menos campos ganaderos”. Por otra parte, explicó que “en Argentina se faenan animales muy chicos, de 300 kilos y en el mundo se trabaja con hacienda de 500 kilos. Estados Unidos requiere novillo pesado, grasa 3, que sea gordo”.
El desborde de los Alimentos
Las consultoras LCG, Eco Go y Analytica han registrado fuertes subas en el rubro Alimentos en noviembre. La última firma, de hecho, observó una suba de 2,8 por ciento en alimentos en las últimas cuatro semanas. También, además de carne, están pegando otros frescos: frutas subió más de 11 por ciento y verduras casi 4 por ciento.
En este contexto y volviendo al tema puntual de la carne, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó el precio de la carne y observó que “hacia el cierre del año volvió a observarse una aceleración: el precio aumentó 4,4 por ciento en octubre y 11,4 por ciento en los primeros diez días de noviembre, anticipando una nueva etapa de fuertes ajustes en el mercado minorista”.
En ese sentido, señaló que “el descenso en el consumo interno de carne bovina está directamente asociado a la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos”. “Una evolución salarial limitada explica, en buena medida, la menor capacidad de consumo de los hogares y la consecuente contracción en la demanda de carne vacuna”.







