
Francisco Verón se encuentra en la antesala de una de las peleas más importantes de su carrera: el boxeador argentino pondrá en juego título continental latino superwélter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante Roimán Villa este viernes 21 de noviembre en Fort Lauderdale, Estados Unidos, con televisación de ESPN. Bebu cuenta con una historia de vida marcada por el sacrificio familiar, la tradición deportiva y la superación personal desde los primeros pasos en el boxeo, una actividad que moldeó el destino de los Verón durante varias generaciones.
Como se mencionó, este desafío se presenta como una inmejorable oportunidad para este atleta, con pasado olímpico, que creció rodeado de dificultades en el barrio Lanzone de José León Suárez, provincia de Buenos Aires, pero que pudo sobreponerse a las adversidades junto con el apoyo de su familia y el acompañamiento de su manager Jonathan Quintana. Así, pudo trascender en el boxeo y hoy se encuentra en un presente plagado de oportunidades.
“Me siento bastante bien para la pelea, rápido y fuerte. Llego sin dolores, sin lesiones y muy bien preparado. Voy a llegar de la misma manera que en mi pelea anterior porque en esa ocasión me entrené muy duro como ahora, incluso estoy mejor”, afirmó Bebu en diálogo con Infobae. Respecto a su rival, agregó: “Sabemos que tiene pegada por la cantidad de KO que lleva y que se viene para adelante. Es un boxeador que se aguanta los golpes. Tiene mucha experiencia”.

Verón logró este enfrentamiento decisivo tras obtener el cinturón latino de la CMB al derrotar al mexicano Juan Hernández en California. Aquella impactante victoria representó el regreso de Bebu a la senda del triunfo después de una caída previa ante Brandon Adams, lo que le permitió elevar su récord profesional a 15 victorias, 1 derrota y 1 empate, con 10 nocauts. Otras de las victorias más destacadas del argentino fueron ante Timur Kerefov, Ángel Ruiz Astorga y Leonardo Di Stefano.
“Voy por el sueño de ser campeón mundial”, declaró el púgil seguro tras su consagración. Este logro, alcanzado en julio de 2025, reavivó sus aspiraciones internacionales. Fue tal el triunfo alcanzado por el argentino que la cartelera de la velada fue preparada a su medida, ocupará la esquina roja y su combate será el más importante de la jornada. Sobre este detalle, aclaró: “Sí eso influye, pero yo sea del rincón rojo no significa que me van a regalar la pelea. Vengo acá a ganar y que sea la pelea de fondo le da un poco más de sabor. Ser fondista en Estados Unidos y en una cartelera grande Probox me llena de orgullo y me hace sentir muy bien. Represento a la Argentina en el exterior y más en una categoría como esta, todo eso me da más responsabilidad, pero no lo siento pesado porque yo subo al ring para divertirme”.

Bebu Verón reconoce que en algún momento de su carrera sufrió la presión, pero su mentalidad ya cambió y ahora se divierte arriba del cuadrilátero. “En un momento sentía que no lo disfrutaba y lo manejaba muy serio. Después me puse a leer, a ver podcast y empecé a entender que si llegue a este fue diversión y porque me gusta pelear. Entonces lo tomo con seriedad y sin presión, que me guste y me divierta. Primero busco divertirme y después el trabajo en serio”.
La historia de Bebu Verón está marcada por la tenacidad de su padre, nacido en Alvear, Corrientes, pero con una vida atravesada por la precariedad y el esfuerzo familiar en la localidad bonaerense de José León Suárez. Su rutina diaria alternó los entrenamientos con los turnos en el almacén del barrio y los viajes como remisero. Al mismo tiempo, avanzó en sus estudios de Educación Física en la Universidad de Hurlingham, con el objetivo de asegurar un futuro más allá del cuadrilátero.
Como se mencionó, la familia Verón representa una auténtica dinastía dentro del boxeo argentino. Su padre, Frankie Verón, quien tuvo a Carlos Monzón como mentor antes de ver truncada su carrera por un accidente, actúa como entrenador y principal consejero de Bebu. Como discípulo del excampeón mundial mediano y uno de los íconos indiscutidos del deporte argentino, Frankie vio cómo aquella relación forjó en él una aspiración máxima: emular a su mentor y dejar huella en el boxeo profesional.
Como reveló en una entrevista con Infobae, seis de sus siete hijos han protagonizado trayectorias destacadas arriba del ring, un legado que forjó una camada de campeones desde la pobreza extrema y del cual Frankie puede sentirse más que orgulloso. “El boxeo, más que un oficio, en mi casa se vive con pasión”, explicó. El destino modificó sus planes cuando, a mediados de los ochenta, vio truncado su crecimiento por un accidente que limitó sus posibilidades como púgil.
Pese a esa adversidad, Frankie optó por canalizar su pasión y experiencia hacia el desarrollo de sus hijos (son seis hermanos varones, cinco de ellos boxeadores, y tres mujeres). Así, transformó la adversidad en aprendizaje y estableció un gimnasio artesanal en José León Suárez, epicentro de la familia. Bajo su supervisión, la casa familiar se volvió un escenario cotidiano de trabajo, respeto y exigencia, valores que Frankie promovió como entrenador y como padre en Bebu Verón. “Nuestra vida pasó a girar en torno al boxeo. Lo que no pude continuar en el ring, lo vi en mis hijos”, reconoció.

La dinastía Verón se nutre de esta resiliencia y antes de convertirse en profesional, Bebu representó a Argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En la competencia, se desempeñó en la categoría de hasta 75 kilogramos. Francisco transitó el ciclo olímpico mientras sorteaba los desafíos económicos de la pandemia, compaginando entrenamientos con su trabajo como remiser, con jornadas en un almacén y en la facultad. La experiencia olímpica consolidó su proyección internacional y lo motivó a fijar metas más ambiciosas. La disciplina, aprendida en el seno familiar y reforzada en el máximo escenario del deporte amateur, se mantiene como uno de sus mayores atributos.
“Me traje los apuntes a Estados Unidos porque en mis tiempos libres aprovecho para estudiar. Tampoco lo tomo como algo serio, sino como un hobby. En vez de estar con el celular o en las redes sociales, o jugando a los juegos, prefiero leer. Estoy estudiando el profesorado de Educación Física y cuando llegue tendré dos parciales. Eso intento aplicar para mi vida. Enfocarme en el boxeo, en el estudio pero sin presionarme demasiado y despejando mi cabeza”.

El próximo escollo en el camino de Verón será Roiman Villa, boxeador colombiano con sólido recorrido y gran potencia en la categoría de las 154 libras. Villa se presenta como un oponente de alto riesgo, decidido a reinventarse tras experiencias previas en divisiones superiores. La dura preparación y el análisis del rival forman parte del plan de trabajo articulado por su equipo, en el que también participan el mánager Jonathan Quintana, que acompañó a sol y sombra al argentino en sus entrenamientos en Estados Unidos.
La cita en Fort Lauderdale aparece como un punto de inflexión en la vida de Francisco “Bebu” Verón, quien no deja de luchar para sumar su nombre a la lista de campeones mundiales surgidos de barrios populares. “La meta está cerca”, repite el boxeador cada vez que cruza las puertas del gimnasio junto a su padre. Su historia combina trabajo, humildad y la convicción de que el sacrificio familiar puede tener recompensa en el alto nivel del boxeo mundial. “Espero que después de esta pelea me den la oportunidad de alguna Eliminatoria, o que me acerque más al título. Tengo ganas de pelear con grandes boxeadores, como este que es duro. Espero que esta pelea me dispar a una más grande e ir escalando hasta lograr combatir por el título mundial”.








