Aunque la mayor parte de la juventud dice estar interesada en la política, la mayoría de las instituciones y actores tiene poca aceptación en el segmento. Incluso actores que antes eran ampliamente valorados por la juventud como el colectivo feminista o las organizaciones LGBT ahora se encuentran desacreditadas en el sector.
“Sin embargo, esa desacreditación no implica una adhesión total a lo que podríamos llamar “ideas conservadoras”: La mayor parte de la juventud ve con buenos ojos la intervención estatal y cree que el Estado debe intervenir en favor de los más vulnerables”, resalta el informe.
“Durante años hemos advertido a la política que tratar a la juventud desde un lugar de jerarquía, menospreciando sus intereses e identidades, sólo podía conducir a un divorcio entre este segmento y las élites políticas”, agregan.
La política pretende representar a la juventud sin hablar con ella, sin interactuar, sin dar respuesta a sus reclamos o preocupaciones. Como si con reels virales y tweets ocurrentes fuese suficiente.
Años de un Estado ausente han construido una juventud apática. Que busca relacionarse con la política sólo desde la confrontación y el enojo.
No hay nueva hegemonía, pero si hay una representación vacante. La historia reciente demuestra que cuando los actores políticos logran vincularse desde la igualdad y el reconocimiento con la juventud es posible construir consensos en el segmento.
El informe completo sobre la juventud y la política

Desde Zuban Córdoba y el Observatorio de Opinión Pública y Problemáticas de la UNVM se propusieron hacer un estudio sobre la juventud y sus percepciones políticas. Como resultado se encontraron con un panorama completamente distinto al que se suele percibir en el mismo segmento en años anteriores.







