
En plena redacción de la reforma laboral, el Gobierno Nacional evalúa la posibilidad de convocar a los cotitulares de la Confederación General del Trabajo (CGT) antes de hacer pública la versión final del proyecto que enviará al Congreso para tratar durante las sesiones extraordinarias de diciembre. Por los pasillos de Balcarce 50 hay quienes se muestran conformes con la composición de la nueva cúpula de la central liderada por Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Sola (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio).
Según confirmó a Infobae una importante fuente con acceso al despacho presidencial, el Poder Ejecutivo planea realizar un nuevo llamado a la central obrera, aunque por estas horas se trata de una idea incipiente, que podría tomar forma como una nueva convocatoria a los gremialistas que supieron visitar Casa Rosada para mantener encuentros con el exjefe de Gabinete Guillermo Francos y el asesor presidencial, Santiago Caputo.
En pleno diseño del detalle de lo que presentan como “modernización” del sistema labora, la administración libertaria busca incluir al sindicalismo, actor clave de la puja por los cambios, aunque reafirman que la redacción final correrá por cuenta de la Casa Rosada. En eso trabaja el Consejo de Mayo los días 20 de cada mes en el Salón de los Escudos del Ministerio del Interior. Entre los seis consejeros, la central tiene su representación en el titular de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), Germán Martínez.
Pese a los intentos conciliadores, el propio Martínez, quien asistió al menos a cinco reuniones del consejo, anticipó que hasta el momento no hay coincidencia en los borradores de la reforma. “En las reuniones del Consejo de Mayo, la CGT, con argumentos y definiciones, expresó un contundente y categórico rechazo a cualquier intento de reforma laboral, mucho menos aquellos inspirados en el decreto 70/23”, supo declarar a través de un comunicado luego del último intercambio.

Como contó Infobae, en paralelo a la escritura oficialista, la central entabló los primeros contactos con gobernadores para rechazar posibles normas “antisindicales”. Si bien hay poco detalle de las modificaciones, el ministro de Economía, Luis Caputo, reveló que apuesta a ”incentivar la formalización laboral» a partir de la reducción de cargas patronales que busca ser reemplazado por un fondo de cese. También adelantó que aspira a “reducir fuertemente las deducciones” del Impuesto a las Ganancias y a avanzar en la creación de un régimen de nuevo empleo para incrementar la formalidad laboral.
Otro de los puntos que preocupa a las autoridades de la central es la posibilidad de que el proyecto de ley incluya la obligación de pedir autorización para convocar a asambleas de trabajadores en las empresas, lo que esconde la idea de desarticular potenciales convocatorias a medidas de fuerza.
Contactos fallidos y la esperanza por las nuevas autoridades
La elección de Sola, Jerónimo y Argüello para conformar la nueva dirección fue bien ponderada por un actor de peso del ecosistema libertario que no dudó en calificarlos como “una renovación positiva”. “No son un actor irrelevante. Son claves en el proceso de trabajo. Son gente capaz. Es renovación largamente reclamada”, definió ante Infobae un integrante de la mesa chica del mandatario.
El nuevo perfil dialoguista de la central esperanza al Gobierno que destaca el lugar que Martínez ocupa en la nueva conducción. Sin embargo, Cristian Jerónimo, uno de los nuevos dirigentes, anticipó en una entrevista con Infobae que “no está dispuesto a negociar ciegamente la reforma laboral del Gobierno” al tiempo que dejó abierta la chance de establecer un diálogo. “Estamos dispuestos, no a negociar, sino a sentarnos en una mesa. Nosotros también tenemos propuestas”, remarcó.

Ante los crecientes números que registra la informalidad laboral, la CGT propone la conformación de mesas tripartitas, con representantes del Ejecutivo y de las cámaras empresariales para masticar los debates y acercarse a una redacción de consensos. Esto había sido parte de un acuerdo entre los actores involucrados que nunca tuvo continuidad. En las filas libertarias no ven con malos ojos la posibilidad de tender nuevos puentes, pero no se privan de aclarar que la determinación final la tiene el Presidente.
De ocurrir, caras nuevas reeditarán el canal de diálogo ya abierto entre los actores. En agosto de 2024, Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Héctor Daer (Sanidad) fueron recibidos por Guillermo Francos y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, para trabajar de manera coordinada en la redacción del articulado relativo a los bloqueos sindicales.








