“Nos empezaron a empujar como si fuéramos un trapo de piso. Nos pegaron, lo agarraron a Fidel para llevárselo preso, y si no iba, se lo llevaban a él. Nos pusieron sus pies sobre las cabezas, nos esposaron y nos metieron al móvil”, relató el padre Paco tras su liberación.
“Lo único que sabe hacer este gobierno es reprimir”
El sacerdote, que cada miércoles participa de la Mesa Ecuménica junto a jubilados y trabajadores del Garrahan, fue liberado tras varias horas de detención. “Lo único que sabe hacer este gobierno es reprimir. Por más que haya un porcentaje de gente a la que no le importe lo que le pasa a los jubilados, a los pobres o a los discapacitados, hay otros que sí, y son ellos los que salen a la calle”, sostuvo.
El rezo y la represión
Como cada miércoles, los jubilados intentaban realizar su tradicional movilización para reclamar un aumento en los haberes y repudiar los vetos presidenciales. En cambio, se encontraron con un nuevo operativo desmedido, vallados y efectivos motorizados listos para impedir el paso.
“Hoy voy a participar de la marcha y después a rezar, como hacemos siempre”, dijo Paco antes de retirarse del Congreso, golpeado pero firme. Porque, como cada miércoles, la fe y la dignidad siguen resistiendo entre los bastones y los gases.







