La mañana del miércoles, la entrada del Colegio Normal 2 de La Plata se convirtió en escenario de una protesta que reunió a estudiantes, padres y personal escolar, quienes exigieron medidas urgentes frente a un episodio de violencia registrado el martes dentro de la institución.
El reclamo se desarrolló sobre la vereda, mientras en el interior las actividades escolares funcionaban con baja asistencia luego de que muchos alumnos y familias optaran por no ingresar ante la percepción de riesgo, según indicó el medio local El Día, que cubrió el reclamo.
La nutrida concurrencia intercambió opiniones, compartió preocupación y buscó explicaciones por parte de las autoridades, quienes se hicieron presentes junto a referentes de la cartera provincial de Educación.

“Sabemos que ustedes tienen muchas preocupaciones y queremos escucharlos. Los invito a que pasemos y conversemos adentro de la escuela”, expresó Jorge Martínez, jefe regional de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, al dirigirse al grupo de estudiantes que protestaba frente a la institución, según reportó el medio platense La Cielo.
Sin embargo, los alumnos sostuvieron su postura: ya hubo diálogo y la situación no cambió, por lo que permanecieron en la calle con su reclamo.
“Que hagan algo, cualquier cosa, porque ahora si te peleás lo único que hacen es ponerte un acta. Y el acta no sirve, es solo un papel que dice que pasó algo”, reclamó la vocal del Centro de Estudiantes en diálogo con La Cielo.
En su testimonio, la estudiante aseguró que los hechos de violencia no resultan novedosos. Contó que todo comenzó en 2022 a raíz de un conflicto interno entre directivos, algunos de los cuales defendieron a un alumno denunciado por abuso hacia varias compañeras. Según relató, aquella situación derivó en la expulsión de esas autoridades. Desde ese momento, afirmó que quedó en evidencia que la directiva carece de autoridad y, como consecuencia, las disputas entre personas aumentaron en el establecimiento.
La protesta tuvo como detonante los hechos ocurridos el martes durante el horario escolar, cuando un joven ajeno al establecimiento ingresó a las instalaciones del Normal 2 y agredió a un estudiante en uno de los sectores comunes. La situación, presenciada por varios alumnos y parte del personal, derivó en un forcejeo e intentos de separación del atacante.
En ese marco, una preceptora sufrió una caída y resultó con un golpe en la cabeza que requirió puntos de sutura. Las imágenes obtenidas por teléfonos celulares y publicadas posteriormente, muestran el momento exacto en que la trabajadora, recostada en el piso y con la frente visiblemente herida, es asistida por colegas y estudiantes, mientras reina la confusión.
Según reconstrucciones de los medios locales a partir de los testimonios, uno de los enfrentados era un alumno de sexto año y el otro, el atacante, un exalumno expulsado durante el año anterior por ausentismo y reiterados conflictos.
Otra preceptora, reconocida como Mónica, relató a los medios que había advertido en el grupo de trabajo sobre la presencia del joven externo en el colegio minutos antes del episodio.
“Él ingresó porque estaba el portero. Siempre la puerta está abierta al principio de la mañana. (El conflicto) empezó desde que ingresó él, empezó a dar vueltas por todos lados y los chicos lo siguen mucho. No tuve explicaciones porque yo puse en el grupo de nuestra institución ‘está dando vueltas, hagan algo. ¿Están esperando una tragedia?’. Eso lo puse a las ocho y cuarenta. Y después pasó”, aseguró.
Pese al aviso, la pelea se desató en el patio cerrado, involucrando empujones, golpes y la intervención desesperada de la trabajadora, quien fue arrojada al suelo accidentalmente durante la trifulca.
La escuela ha sido escenario en reiteradas ocasiones de conflictos físicos entre estudiantes del propio establecimiento y de otras escuelas secundarias, motivo por el cual padres, docentes y los propios alumnos demandaron respuestas concretas y duraderas para revertir el clima de inseguridad.
Incluso Mónica insistió: “Antes había amonestaciones y sanciones, pero ahora los chicos pueden hacer lo que quieren, pueden romper lo que sea y nosotros tenemos que quedarnos de brazos cruzados”.
Luego la auxiliar admitió sentirse “desamparada ante todo” y afirmó que en este contexto ir a trabajar se vuelve difícil: “No quiero entrar porque me da tanta tristeza lo que está pasando como institución, y no es solamente esta escuela, es la mayoría de las escuelas que están pasando con esta situación. Y me da bronca, porque uno viene a trabajar, quiere trabajar y así no se puede estar, con miedo constantemente”.
Sin embargo, a pesar del reclamo de alumnos, padres y personal del colegio, desde la directiva decidieron no iniciar acciones legales. Según supo Infobae, no se radicó denuncia ante la Policía y no está en los planes hacerlo.








