Patrick Gelsinger, antiguo consejero delegado de Intel, ha iniciado una nueva etapa profesional centrada en la creación de una IA guiada por valores cristianos. Desde su incorporación a Gloo, compañía estadounidense especializada en tecnología para comunidades religiosas, el directivo asegura que su objetivo vital es “trabajar en una tecnología que mejore la vida de todos los seres humanos y acelere el regreso de Cristo”. Tras abandonar Intel y enfrentarse a demandas de accionistas, Gelsinger se convirtió en presidente ejecutivo y responsable tecnológico de Gloo. La empresa busca conectar innovación y fe mediante herramientas digitales diseñadas para iglesias y organizaciones sin ánimo de lucro. Entre sus productos destacan chatbots pastorales y plataformas de gestión que adaptan los modelos de inteligencia artificial a distintas creencias teológicas.
Durante un seminario organizado junto a la Colorado Christian University y el medio The Christian Post, el exdirectivo defendió que la IA representa un momento histórico comparable al de la imprenta durante la Reforma protestante. A su juicio, la Iglesia debería implicarse activamente en el desarrollo tecnológico, igual que lo hizo Martín Lutero con el avance de la tipografía en el siglo XVI.
El impacto de la fe en Silicon Valley
El antiguo responsable de Intel es conocido por su fuerte convicción religiosa. Considera Silicon Valley su “campo de misión” y promueve una cultura tecnológica impregnada de espiritualidad. Su discurso ha encontrado eco entre líderes conservadores que buscan impulsar un enfoque ético en el diseño y la regulación de la inteligencia artificial. La compañía Gloo afirma dar servicio a más de 140.000 líderes religiosos y entidades sin ánimo de lucro. Además, fomenta un ecosistema de innovación en torno a la llamada ‘tecnología de la fe’, apoyando proyectos que integran principios morales en los algoritmos de IA y en la toma de decisiones automatizadas.
Entre sus iniciativas recientes destaca un hackathon celebrado en la Colorado Christian University, donde más de 600 desarrolladores presentaron proyectos con orientación espiritual y optaron a premios valorados en 250.000 dólares. Los asistentes probaron un nuevo modelo de lenguaje aún en fase experimental, concebido para incorporar principios éticos y religiosos en su funcionamiento.
Con más de 110 millones de dólares recaudados, Gelsinger lidera también el programa Flourishing AI, diseñado para evaluar el impacto de los sistemas de inteligencia artificial en el bienestar humano y la espiritualidad. Según los primeros análisis, modelos como GPT-4.1 y Grok 3 destacan en áreas financieras, pero presentan carencias en el ámbito de la fe.








