
El Festival del Salame y el Cerdo en Tandil, al centro-sur de la Provincia de Buenos Aires, prepara una nueva edición para los días 8 y 9 de noviembre y la expectativa vuelve a poner el foco en el salame con Denominación de Origen más largo del mundo. La ciudad busca superar, una vez más, su propio récord y recuperar la marca que este año quedó en manos de San Andrés de Giles, que alcanzó los 469,18 metros.
A lo largo de la Diagonal Arturo Illia, en el acceso al Parque Independencia, el festival despliega su propuesta con productores locales, fogones y una oferta de foodtrucks (o carritos de comida). Allí se reúnen residentes y viajeros, atraídos por la oportunidad de sumergirse en los sabores de Tandil y celebrar la tradición chacinera.
El sábado 8, todos los presentes serán testigos de la presentación del nuevo salame más largo, con el objetivo de superar el tope anterior. En 2024 el esfuerzo colectivo registró un salame de 401,73 metros, pero el récord pasó a San Andrés de Giles. El Consejo de la Denominación de Origen (DOT) sostiene la iniciativa, consciente del valor simbólico y productivo que tiene para la región.
Sin embargo, en agosto de este año, San Andrés de Giles, al noroeste bonaerense, se apoderó del récord. La fiambrería local Chacinados La Vasquita realizó un salame de 469,18 metros.
La competencia entre las dos ciudades por obtener el récord en la medición del producto estuvo liderada en esta ocasión por Estanislao y Amalia Segurola, quienes se encargaron de verificar las dimensiones durante el evento realizado en el Parque Municipal. Una multitud acudió a la celebración del logro, convertida ya en una cita habitual para los habitantes de la ciudad.

El Chacinar, como se conoce al gran encuentro tandilense, se gestó después de obtener la primera Denominación de Origen (D.O.) para un alimento agroindustrial en la Argentina, en 2011. Desde entonces, el festival busca mostrar el trabajo detrás de un producto con sello de identidad.
Pablo Cagnoli, miembro fundador del Consejo DOT, afirmó en el medio Optimism: “El Chacinar es mucho más que superar un récord. Es la fiesta donde mostramos a toda la Argentina y el mundo el valor cultural del Salame de Tandil, la cadena productiva, la calidad de nuestros productos identitarios y una tradición de más de 100 años”.
La elaboración del salame implica el esfuerzo mancomunado de más de cincuenta personas en distintas etapas, desde la preparación de cientos de kilos de carne fresca hasta el embutido, estacionamiento, traslado y la posterior degustación durante el festival. Esta actividad colectiva resulta central en la construcción de la identidad regional y en el reconocimiento nacional de la producción local.
El primer intento se remonta a 2014, con un salame de 16,1 metros. Año tras año, la cifra fue creciendo y el desafío fue adoptado por otras localidades con fuerte tradición en la producción de chacinados.
Para Juana Echezarreta, presidenta del Consejo DOT: “Esto es el resultado de un trabajo que venimos haciendo hace mucho tiempo. Significa para nosotros poner en valor la cultura chacinera. El festival es sinónimo de Tandil y de un alimento que está en el sentimiento colectivo de los argentinos”.
Qué más ofrece el festival tandilense

Durante el fin de semana del evento, el predio de la Diagonal Ilia se prepara para servir más de 10.000 porciones del salame más largo a los asistentes, que también pueden probarlo en restaurantes y hoteles de la ciudad. Esta experiencia va más allá de la comida y se transforma en una cita de encuentro para familias y turistas.
El apartado gastronómico se destaca por sus clásicos fogones y por la variedad de propuestas para los fanáticos del cerdo. El menú ofrece embutidos y cortes como bondiola, chorizo, porker, pechito de cerdo, matambre, carré, bifes al disco, empanadas y papas fritas en grasa de cerdo.
El entretenimiento acompaña las jornadas con espectáculos destinados tanto a grandes como a chicos. Este año, el sábado 8 el cierre musical estará a cargo de Vieja Minga, mientras que el domingo 9 subirá al escenario Los Tapitas.
A su vez, durante el sábado tendrá lugar la Clínica de Cocina del Mercado Gastronómico y el domingo, desde las 10 de la mañana, está programado “La mañana de las infancias de Chacinar”, que incluye danzas infantiles, títeres, obras de teatro y más propuestas para toda la familia.
El lado participativo del festival también asoma en los concursos abiertos a la comunidad. El tradicional concurso de atado y embutido convoca a trabajadores del sector, quienes demuestran su oficio y la destreza en la elaboración que distingue a la producción local.








