La jornada electoral en Tucumán comenzó con demoras en varias escuelas del país debido al faltazo de las autoridades de mesa, una situación que generó malestar y preocupación en la Secretaría Electoral Nacional.
La ausencia de ciudadanos designados para cumplir esa función obligó a reorganizar la apertura de mesas y, en algunos casos, a recurrir a suplentes o votantes voluntarios para poder iniciar el proceso de votación.
Desde el organismo electoral reconocieron que este tipo de ausencias se viene repitiendo en cada elección y que será necesario revisar el sistema o aplicar nuevos incentivos para garantizar la presencia de las autoridades designadas.
“El ciudadano promedio, con pluriempleo y poco tiempo libre, evita comprometerse a una tarea que implica al menos 12 horas de trabajo en su único día de descanso”, señaló una fuente cercana al organismo, remarcando la necesidad de repensar los mecanismos de participación.
En algunos establecimientos, la falta de autoridades retrasó el inicio del sufragio por más de una hora, lo que provocó filas y quejas entre los primeros votantes.
Mientras tanto, la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) avanzó con aceptación general, aunque en zonas del interior se notó cierta falta de capacitación entre los electores.
El faltazo se convirtió así en una de las postales más preocupantes de la mañana electoral, un síntoma que pone en debate la responsabilidad cívica y el diseño logístico de las elecciones argentinas.
Acarreo y “movilizadores”
Otra postal que marcó la primera parte de la jornada de votación es la de los autos y motos acarreando votantes en toda la provincia. La presencia de los movilizadores volvió a transformarse en un punto clave. Esto da cuenta de la importancia que se le dio a estos comicios de medio término, que se están jugando como si fueran las provinciales. No se escatimaron recursos para el pago de vehículos y dirigentes.
En la capital, Alderetes y Banda del Río Salí pagan entre $10.000 y $ 15.000 por viaje a cada auto con chofer. En otras zonas, como en Villa Carmela, el pago es por auto y ronda los $ 50.000. La tarea paga de la maquinaria electoral también abarca a los “movilizadores”. Tienen que llevar a votar un promedio de 20 personas cada movilizador y por esa tarea se les paga un promedio de $ 40.000.
Fue notoria la cantidad de vehículos con carteles con iniciales, dibujos o signos que se observó en la mayoría de las ciudades y localidades del interior.
En San Miguel de Tucumán algunos votantes contaron que les pagaron entre $ 20.000 y $ 30.000 por ir a votar. En el interior, relataron que el ofrecimiento era de entre $ 10.000 y $ 15.000. Habrá que ver la eficacia de este sistema de “incentivo” para los votantes, teniendo en cuenta que con la BUP se cortaron sistema de “control” que algunos dirigentes aplicaban para corroborar que se había votado efectivamente por el que después de esa confirmación efectuaba el pago. Mañas que no tienen fin.








