La posibilidad de que la economía argentina entre en recesión pasó a convertirse casi en una certeza estadística. Según el último informe del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), la probabilidad de que el país ingrese en una recesión en los próximos meses asciende al 98 por ciento, el nivel más alto desde el inicio de la pandemia en 2020.
El dato surge del Índice Líder, un indicador que anticipa cambios de tendencia en la actividad económica y que acumuló seis descensos consecutivos, lo que confirma una fase clara de desaceleración.
El informe advierte que la economía se encuentra en “una fase de desaceleración con alta probabilidad de convertirse en recesión en los próximos meses”. En términos técnicos, una recesión se confirma cuando la actividad cae durante dos trimestres seguidos, algo que el indicador ya anticipa con una precisión estadística contundente.
Entre las causas del deterioro, la Di Tella menciona un cóctel de factores macroeconómicos adversos: tasas de interés elevadas que frenan el crédito; atraso cambiario que afecta la competitividad; paritarias rezagadas frente a la inflación; pérdida de poder adquisitivo que golpea el consumo.
La fragilidad también se observa en el Índice de Difusión (IDCIF), que en septiembre se ubicó en apenas 30 por ciento: sólo tres de las diez series económicas relevadas mostraron mejoras. Entre ellas, se destacaron el Índice de Confianza del Consumidor, los despachos de cemento y los precios de minerales no metálicos. El resto de los indicadores permaneció en terreno negativo.








