Agustín Chiminelli está preso por el femicidio de María Alejandra Abbondanza

El proceso judicial por el femicidio de María Alejandra Abbondanza en Campana se acerca a su desenlace, ya que el próximo viernes 24 de octubre se dará a conocer el veredicto, según confirmó Hugo Tomei, abogado de la familia de la víctima.

En la última audiencia, los testimonios de los familiares de ambas partes marcaron un fuerte contraste emocional, especialmente por la intervención de Ana Abbondanza, hermana de la mujer asesinada.

Durante la jornada, Ana se dirigió al tribunal y, de acuerdo con lo expresado por Tomei a la Agencia Noticias Argentinas, su declaración resultó “desgarradora”.

“Se notó un contraste entre las palabras de Ana, que habló desde la profundidad del alma, y los tres relatos armados de los acusados”, manifestó.

Tras el testimonio de la hermana de la víctima, fue el turno de Liliana Sanchez y Carlos Chiminelli, padres del imputado, quienes también están siendo investigados por presunto encubrimiento. Según relató Tomei a NA, ambos padres afirmaron ante el tribunal que “nunca supieron lo que pasaba”.

Finalmente, Agustin Chiminelli, principal acusado por el crimen, se dirigió a la familia de Alejandra Abbondanza para expresar su arrepentimiento. “Quiero manifestar el dolor que tengo. Estuvo mal lo que hice. Quiero pedir perdón a la familia de Alejandra. Sé que es algo difícil, perdonar algo tan feo que pasó, pero estoy muy arrepentido de lo que hice, fue algo horrible”, declaró el imputado.

Los detalles del crimen

Según la fiscal, María Alejandra Abbondanza fue asesinada en la casa de los Chiminelli “entre las 17.30 del 16 de septiembre de 2022 y las 8 del 17 de septiembre de 2022″. Todo ocurrió en el marco de una discusión con el detenido.

La víctima, María Alejandra Abbondanza

“A las 18.23, arribó al lugar Carlos Rubén Chiminelli (padre del imputado) y a las 19.20 lo hizo Liliana Esther Sánchez (madre del imputado), quienes vivían allí, mientras Alejandra aún se hallaba con vida, presentando heridas de gravedad”, reza la requisitoria de elevación a juicio oral que se encuentra en la Cámara por un recurso de la defensa.

En ese contexto, siempre según la acusación de Brizuela, el grupo familiar realizó “diversas maniobras tendientes a eliminar los rastros del hecho, con el fin de ocultar el accionar desplegado por su hijo y procurar su impunidad”.

Alejandra recibió golpes en su cabeza con un elemento contundente, presumiblemente, una mancuerna de dos kilos, que le causaron la muerte. Después, siempre con base en la investigación, la subieron a la terraza y colocaron partes del cuerpo en la parrilla. Y la quemaron.

Cinco días antes del asesinato de María Alejandra Abbondanza, Agustín Chiminelli —principal acusado y pareja ocasional de la víctima— había sido denunciado por violencia de género y contaba con una restricción perimetral que le prohibía acercarse a una ex pareja.

El domicilio donde fue hallada asesinada la mujer

Los informes psicológicos incorporados al expediente describen un “evidente patrón de comportamiento que se retroalimenta, al menos, entre Agustín Chiminelli y su madre”. Según estos documentos, Liliana Sánchez desempeñaba un papel central en las relaciones sentimentales de su hijo, llegando a consentir y facilitar la violencia ejercida por él hacia sus parejas, incluso impidiendo que las mujeres abandonaran la vivienda familiar y quedaran expuestas a los ataques sexuales.

Las declaraciones de tres ex parejas de Chiminelli, a las que accedió Infobae, revelan un historial de agresiones físicas, abusos sexuales y amenazas, así como la complicidad de sus padres.

Una de las mujeres relató que, tras denunciarlo por violencia de género el 11 de septiembre de 2022 en el Juzgado de Familia de Campana, la madre del imputado intentó contactarla con un ramo de flores y, al no ser recibida, le envió un mensaje de texto: “Solo había pasado a saludarla”.

Los Chiminelli: Agustín (25), Liliana (66) y Carlos (70)

Otra ex pareja, que mantuvo una relación en 2016, describió episodios en los que Chiminelli rompía sus celulares y reaccionaba con violencia cuando ella se negaba a sus pedidos: “Se enojaba y rompía todo, después me pedía perdón, me decía que era el amor de su vida”.

La joven también afirmó que, bajo los efectos del alcohol, el acusado era especialmente agresivo durante las relaciones sexuales y que accedía por miedo.

Tras la ruptura, recibió un mensaje amenazante por parte de la madre: “Me dijo que yo ‘la iba a pagar’ porque Agustín había perdido un dedo y que estaba herido por culpa mía. Que yo, en verdad, no lo quería porque cuando hay amor todo se perdona”.

Una tercera mujer, que tuvo un vínculo con Chiminelli en 2017, relató que al inicio él se mostraba “detallista, educado, muy compañero”, pero luego surgieron los celos y la violencia, tanto hacia sí mismo como hacia ella. “Me dejaba violar porque tenía miedo de que se ponga peor y me mate. Le excitaba tener poder sobre mí, la dominación, me obligaba”, declaró. Según su testimonio, los padres de Chiminelli estaban presentes en la vivienda durante los episodios de abuso y nunca intervinieron.

Las entrevistas a los padres y las declaraciones de las víctimas permitieron a la fiscal Brizuela identificar una dinámica familiar marcada por el control y la sobreprotección materna, con una convivencia bajo monitoreo constante. Una de las ex parejas señaló: “Él mandaba a la madre, y la madre mandaba al padre. La madre le arreglaba todos sus problemas. La llamaba siempre y ella lo cubría en todo”.