En su objetivo de sumar consenso interno, el sector sindical que apoya a Cristian Jerónimo (empleados del vidrio) para integrar el futuro triunvirato de la CGT logró este miércoles un apoyo clave: el de José Voytenco, titular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), uno de los sindicatos con más afiliados del país (unos 400 mil) y el segundo que más delegados aporta al congreso cegetista que debe elegir las nuevas autoridades, el 5 de noviembre próximo.
El respaldo se concretó durante una comida que Voytenco mantuvo este miércoles por la noche con Jerónimo y los dirigentes que promueven su ascenso, como Gerardo Martínez (UOCRA), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Omar Plaini (canillitas), Pablo Flores (AFIP), Alejandro Salcedo (UDOCBA) y Daniel Ricci (FEDUN), entre otros.
Hace cuatro años, el líder de UATRE decidió no participar del congreso de la CGT porque había sido marginado de las negociaciones para conformar la nueva central obrera, por lo que el gesto de Jerónimo de ir a buscarlo para tener una reunión y explicarle qué haría en el triunvirato cegetista tuvo un impacto muy positivo.
Jerónimo, como anticipó Infobae, viene teniendo innumerables reuniones con dirigentes sindicales de distintos sectores, donde enhebró una significativa red de apoyos que serían decisivos para llegar a la futura conducción colegiada. De por sí, en su entorno hablan de una nueva corriente que promueve cambios en la CGT para que ascienda una generación que representa lo nuevo y, a la vez, la experiencia en la gestión.
Sin embargo, los contactos de Jerónimo contribuyeron a que se dividiera la alianza mayoritaria de la CGT en dos bloques de posturas antagónicas: por un lado, el nuevo sector sindical que apoya al líder de los obreros del vidrio como miembro del triunvirato cegetista, impulsado por Gerardo Martínez (UOCRA) y Andrés Rodríguez (UPCN), y, por el otro, dirigentes de peso como Héctor Daer (Sanidad), Hugo Moyano (Camioneros) y Armando Cavalieri (Comercio), entre otros, que se oponen al ascenso de Jerónimo porque quieren que la próxima central obrera esté liderada por gremios representativos de la industria, el transporte y el sector de servicios.
Tampoco apoyan a Jerónimo sindicalistas kirchneristas como Abel Furlán (UOM), además de Roberto Fernández (UTA), quien le reprocha haber participado como aliado de Pablo Moyano de la toma del edificio del gremio, en diciembre de 2019, y Luis Barrionuevo, quien ya estuvo comiendo con el líder del vidrio y sus principales escuderos, pero no lo quiere al frente de la CGT.
La tensión entre las dos fracciones se trasladó a un encuentro reservado que un puñado de líderes de la CGT mantuvo este miércoles en UPCN para tratar de superar las diferencias: allí estuvieron Daer, Rodríguez, Martínez, Jerónimo, Jorge Sola (seguro), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Sergio Romero (UDA).
Todo amagó con desmadrarse cuando Daer le recriminó a Jerónimo haber llegado a la jefatura de su gremio desde una intervención, pero el dirigente del vidrio lo negó de manera tajante y le pidió pruebas de lo que estaba diciendo. Finalmente, todo se calmó y pudieron llegar a algunas conclusiones: la principal fue la ratificación del esquema de triunvirato para conducir la CGT. No se postuló a nadie con nombre y apellido y quedaron en seguir conversando para procurar un acuerdo interno.
Aun así, el clima tenso se instaló entre los dirigentes cegetistas, hasta tal punto que los adherentes de Jerónimo advirtieron a sus rivales internos que si no logran incluirlo en el nuevo triunvirato, presentarán una lista propia para que se resuelva mediante el voto de los delegados que participan del congreso de la CGT.
El peor escenario para la unidad sindical se concretó este jueves en Sanidad: Héctor Daer, Armando Cavalieri, Rodolfo Daer (Alimentación), Luis Barrionuevo (gastronómicos) y Roberto Fernández (UTA), es decir, los “Gordos” y el barrionuevismo, se reunieron en secreto para vetar el ascenso de Jerónimo y tratar de que haya un solo titular de la CGT (Jorge Sola, del seguro) o un triunvirato sin el líder de los empleados del vidrio: el propio Sola, Maria Volcovinsky (judiciales) y Gustavo Vila, hijo y secretario adjunto del titular de Carga y Descarga, Daniel Vila.
Las negociaciones también se complicaron porque Hugo Moyano está presionando para que Octavio Argüello siga en el triunvirato como representante de Camioneros, algo que rechazan los partidarios de Jerónimo: creen que debe haber caras nuevas al frente de la CGT y, además, piensan que “Moyano ya cobró con la designación de Huguito (su hijo)” como candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires.
Para destrabar esta encerrona, los dirigentes que rodean a Jerónimo anticiparon a Infobae que la semana próxima habrá una reunión con Hugo Moyano para tratar de que cambie de postura. Lo mismo se intentó en otro encuentro que tuvo Juan Pablo Brey con Carlos Pérez, el secretario adjunto de Cavalieri en el Sindicato de Comercio Capital y titular de la obra social OSECAC.
Mientras, Jerónimo y sus aliados consiguieron sumar adhesiones de gremios chicos y medianos, en una construcción de tipo transversal: sus aliados surgen tanto del moyanismo como del kirchnerismo, y tanto del ala dura de la CGT como de la dialoguista.
El sector que promueve a Jerónimo está integrado por dirigentes como Juan Pablo Brey (aeronavegantes), su principal operador; Omar Plaini (canillitas), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Pablo Flores (AFIP), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Alberto Fantini (carne), Juan Carlos Murúa (plásticos), Juan Moreira(Ceramistas) y Mauricio D’Alessandro (FATUN), entre otros.
También hubo reuniones con líderes de varios sindicatos petroleros: Jorge “Loma” Avila (Chubut), Mario Lavia (de la federación nacional) y Juan Carlos Crespi (del SUPEH), aunque tomó distancia de estos contactos Marcelo Rucci (de Río Negro, Neuquén y La Pampa), con una influencia estratégica en Vaca Muerta: el líder gremial desmintió que haya mantenido contactos: “No he hablado absolutamente nada del tema CGT. No estoy de acuerdo con la manera en que manejan la central obrera y tampoco con un triunvirato. Es una falta de respeto que te involucren en algo para lo que ni siquiera te consultaron”, dijo en declaraciones radiales.
“No me siento representado por la CGT -sostuvo Rucci-. Creo que muchos trabajadores argentinos sienten lo mismo. No se ve que hagan nada. Mi prioridad es estar cerca de mis compañeros y mejorar la situación de nuestra gente. No me interesa la rosca nacional”.