La indignación recorrió Egipto esta semana luego de que las autoridades confirmaran que un brazalete de oro de 3.000 años de antigüedad, perteneciente al faraón Amenemope, fue robado del Museo Egipcio de El Cairo y posteriormente fundido para obtener oro. El caso desató una ola de críticas sobre la seguridad de la institución y reavivó el debate en torno a la protección del patrimonio cultural del país. El ministro de Turismo y Antigüedades, Sherif Fathy, explicó que la pieza desapareció el 9 de septiembre, mientras funcionarios preparaban objetos para una exhibición en Italia. La joya, adornada con una cuenta de lapislázuli, se encontraba guardada en el laboratorio de restauración del museo, un área que –según reconoció el funcionario– carecía de cámaras de seguridad. La investigación del Ministerio del Interior reveló que una especialista en restauración del propio museo sustrajo el brazalete y lo entregó a un conocido que posee una joyería de plata en el distrito de Sayyeda Zainab, en El Cairo. De allí, la pieza fue revendida a un joyero de oro por 180.000 libras egipcias (unos 3.735 dólares), quien luego la colocó en el mercado por 194.000 libras. Finalmente, el brazalete llegó a manos de un fundidor que lo derritió y lo transformó en otras joyas, destruyendo así un objeto que había sobrevivido intacto durante tres milenios. Cuatro personas fueron detenidas e interrogadas: la especialista en restauración, el joyero de plata, el joyero de oro y el fundidor. Todos confesaron y el dinero obtenido de la transacción fue incautado. El ministerio difundió incluso un video en el que se observa a uno de los implicados pesando el brazalete y entregando el pago. Se emprendieron acciones legales contra los sospechosos y un comité especial fue designado para revisar el resto de los artefactos almacenados en el laboratorio. La pérdida causó un fuerte impacto en Egipto, donde el patrimonio faraónico ocupa un lugar central en la identidad nacional. “Es una señal de alarma para el gobierno”, advirtió el abogado de derechos humanos Malek Adly, al reclamar mayores medidas de seguridad tanto para las piezas en exhibición como para las que permanecen en depósito. La arqueóloga Monica Hanna, decana de la Academia Árabe para la Ciencia, Tecnología y Transporte Marítimo, reclamó suspender las exhibiciones en el extranjero “hasta que se implemente un mejor control” sobre los tesoros. El faraón Amenemope, que gobernó entre 993 y 984 a.C. desde la ciudad de Tanis, en el Delta del Nilo, pertenecía a la XXI Dinastía. Su tumba, descubierta en 1940 por el arqueólogo francés Pierre Montet, albergaba alrededor de 2.500 piezas, entre ellas ataúdes de plata, máscaras funerarias doradas y joyas de oro, muchas restauradas en 2021 en cooperación con el Museo del Louvre. El caso recordó otros golpes al patrimonio egipcio, como el robo de la pintura Flores de Amapola de Vincent van Gogh en 2010, aún desaparecida. Para muchos ciudadanos, la desaparición del brazalete de Amenemope no solo representa una pérdida irreparable para la historia universal, sino también un llamado urgente a proteger los tesoros que sostienen gran parte del turismo y las divisas que ingresan al país. Los egipcios reaccionaron con indignación esta semana cuando las autoridades informaran que un brazalete de 3.000 años de antigüedad, que había pertenecido a un antiguo faraón, fue robado del famoso Museo Egipcio de El Cairo y luego fundido para obtener oro. El ministro de Turismo y Antigüedades, Sherif Fathy, dijo en declaraciones televisadas el sábado por la noche que el brazalete fue robado el 9 de septiembre mientras los funcionarios del museo preparaban objetos para una exhibición en Italia. Culpó a la “negligencia” en la implementación de procedimientos en la instalación y dijo que los fiscales aún investigan el caso. El brazalete, que contenía una cuenta de lapislázuli, pertenecía al faraón Amenemope, quien reinó hace unos 3.000 años. Las autoridades dijeron que fue sustraído de un laboratorio de restauración en el museo y luego canalizado a través de una cadena de comerciantes antes de ser fundido. El ministro señaló que el laboratorio no contaba con cámaras de seguridad. Cuatro sospechosos han sido arrestados e interrogados, entre ellos, un especialista en restauración del museo, informó el Ministerio del Interior. Según dicho ministerio, el experto arrestado confesó haber entregado el brazalete a un conocido que posee una tienda de plata en el distrito de Sayyeda Zainab de El Cairo. Posteriormente, fue vendido al propietario de un taller de oro por el equivalente a unos 3.800 dólares. Finalmente, se vendió por alrededor de 4.000 dólares a un trabajador de otro taller de oro, quien fundió el brazalete para fabricar otras joyas de oro. Los sospechosos confesaron sus crímenes y el dinero fue incautado, dijo el ministerio el jueves en un comunicado. El ministerio también publicó un video de cámaras de seguridad que muestra al propietario de una tienda recibiendo un brazalete, pesándolo y luego pagando a uno de los sospechosos. La pérdida de un tesoro que había sobrevivido durante tres milenios fue dolorosa para muchos egipcios, que tiene una gran estima por el antiguo patrimonio de la nación. Algunos cuestionaron las medidas de seguridad en el museo y pidieron reforzar estas medidas alrededor de los tesoros del país. Monica Hanna, una destacada arqueóloga egipcia, pidió suspender las exhibiciones en el extranjero “hasta que se implemente un mejor control” para asegurar los objetos. Hanna es la decana de la Academia Árabe para la Ciencia, Tecnología y Transporte Marítimo, y hace campaña por el retorno de los artefactos egipcios exhibidos en museos en el extranjero. Malek Adly, un abogado egipcio de derechos humanos, calificó el robo como “una señal de alarma” para el gobierno y dijo que se necesita una mejor seguridad para las antigüedades en las salas de exhibición y las que están en almacenamiento. Amenemope gobernó Egipto desde Tanis, en el Delta del Nilo, durante la 21ra Dinastía de Egipto. La necrópolis real de Tanis fue descubierta por el arqueólogo francés Pierre Montet en 1940, según el Museo Egipcio. La colección de la necrópolis exhibe alrededor de 2.500 artefactos antiguos que incluyen máscaras funerarias doradas, ataúdes de plata y joyas de oro. La colección fue restaurada en 2021 en cooperación con el Museo del Louvre en París. El robo recordó otras pérdidas culturales del pasado, como la desaparición de la pintura “Flores de Amapola” de Vincent van Gogh —entonces valorada en 50 millones de dólares— de otro museo de El Cairo en 2010. La obra fue robada por primera vez en 1977 pero luego fue recuperada. Sin embargo, desde su robo en 2010 no ha podido ser encontrada. Un brazalete de oro de 3.000 años de antigüedad perteneciente a un antiguo faraón, que desapareció a principios de este mes del Museo de El Cairo en Egipto, fue robado y fundido, dijo hoy en una declaración el Ministerio del Interior del país. De acuerdo con el ministerio, una especialista en restauración se llevó el artefacto y lo vendió a un joyero de plata conocido suyo. El joyero lo vendió después a un joyero de oro por 180.000 libras egipcias (cerca de 3.735 dólares), quien posteriormente lo vendió por 194.000 libras egipcias a un fundidor de oro, quien fundió el brazalete junto con otras joyas antes de darle nueva forma. El ministerio dijo que los cuatro sospechosos confesaron y que el dinero fue incautado. Ya se emprendió una acción legal en su contra. El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto reportó la desaparición del brazalete el martes. La pieza pertenecía al rey Amenemope, un faraón de la XXI Dinastía del antiguo Egipto que gobernó del 993 al 984 a.C. El brazalete, decorado con piezas de lapislázuli, desapareció de una caja fuerte del laboratorio de conservación ubicado en el segundo piso del museo. En respuesta, el Ministerio de Antigüedades formó un comité especial para revisar los artefactos del laboratorio y distribuyó una foto del brazalete desaparecido entre los aeropuertos, puertos y cruces terrestres de Egipto. El Museo de El Cairo es el museo arqueológico más antiguo de Medio Oriente, alberga más de 170.000 artefactos y cuenta con la colección más grande de antigüedades faraónicas del mundo, se indicó en el sitio oficial del museo en internet. Los museos con artefactos antiguos son un pilar vital para atraer turistas al país y una fuente significativa de divisas para Egipto.