¿Por dónde empezar? La pregunta surgió apenas vi el contenido que la empresa Shell Crespo- Erich Wagner y Cía SRL compartió hoy en las redes sociales. Más allá del poco (o nulo) acto creativo, el video apela a lo peor de la condición humana. Dos trabajadores de una estación de servicio están visiblemente molestos con una joven que aparece en la escena y a la que califican de “infumable”. Acto seguido, los hombres ponen a la mujer dentro de una bolsa de consorcio negra y la atan. Llega un conductor en una camioneta para cargar nafta al que llaman “Martincho”. Sin mediar mayores explicaciones, le preguntan “a dónde vas”. “A Formosa”, responde el cliente. “¿Podés llevar esto?, pregunta uno de los playeros. Sin averiguar qué contiene la bolsa, Martincho abre la puerta trasera el vehículo y, como si fuera un desperdicio, tiran a la mujer en la parte de atrás. Cuando la camioneta arranca, los dos empleados, relajados, se toman unos mates y uno de ellos dice: “¡Qué paz, eh! Por fin, esta piba no va a joder más. Era hora, loco.”

A las pocas horas de su publicación y a medida que la indignación avanzaba en redes y chats, la empresa bajó el spot y ensayó un pedio de disculpas: “Reconocemos que el material compartido fue totalmente inapropiado y puede interpretarse como una apología de la violencia de género”. Y sí, muchachos, la verdad que sí.

Un rápida búsqueda en las redes de mujeres asesinadas: en la ciudad de Córdoba un sereno encuentra restos mutilados de una mujer en una bolsa de consorcio; en Tigre, una adolescente de 14 años fue hallada asesinada y su cuerpo en una bolsa de residuos; en Guernica una mujer fue encontrada muerta en una bolsa de arpillera. Podríamos seguir buscando y encontrando muchos otros casos de esta terrible asociación de mujeres asesinadas y bolsas.

El tenebroso spot publicitario describe un modus operandi, una manera habitual de deshacerse de los cuerpos. La periodista y escritora Gabriela Cabezón Cámara escribió en una nota que tituló “Basura”: ” …Tiradas a la basura, en la bolsa de consorcio: igual que se tira un forro, la cáscara del zapallo, los papeles que no sirven y los huesos del asado entre tantas otras cosas.”

Lo sorprendente es que a nadie, a ninguna de las muchas personas de toda la cadena que intervinieron para realizar este corto, le haya hecho un ruidito, un llamado de atención, una alarma. Porque es precisamente esa sensación, lo que te da la pauta de que te estás equivocando, que lo que estás por compartir es absolutamente inapropiado. Es evidente que, para muchas personas, la violencia contra las mujeres sigue estando naturalizada. Por ello, tenemos que seguir persistiendo en la perspectiva de género y de derechos y en el dictado de la ESI en todos las instancias educativas.

Qué dolor estar sometidas y sometidos a actos tan perversos. En momentos así, podemos recordar a las miles de mujeres, niñas y adolescentes asesinadas y mutiladas, y a sus familias que, en muchos casos, siguen pidiendo justicia. Cuando tratemos de explicar el presente, no pensemos ni por un instante que “nos pasamos tres pueblos”.