Después de varios días con clima templado, cielo parcialmente nublado y temperaturas agradables, el tiempo en el Área Metropolitana de Buenos Aires está a punto de dar un giro. La última semana del invierno traerá cambios marcados: desde viento del norte y máximas cercanas a los 25 °C hasta la llegada de un frente frío que podría dejar lluvias, tormentas y un notorio descenso térmico justo en la antesala de la primavera. Los modelos meteorológicos ya anticipan un fin de semana agitado y la posibilidad de una sudestada con crecida del Río de la Plata.
El martes amanecerá con neblina en horas tempranas y una temperatura mínima de 12 °C, con cielo mayormente despejado durante la tarde y una máxima que rondó los 21 °C. Se tratará de una jornada sin precipitaciones y con viento leve del este, lo que permitirá una sensación térmica agradable. De acuerdo con Meteored, será probablemente el día más estable de toda la semana para el AMBA.
El miércoles comenzará a notarse un aumento progresivo de la nubosidad. El viento rotará al noreste, favoreciendo el ingreso de aire cálido y húmedo, lo que llevará la temperatura máxima hasta los 24 °C. A pesar del cielo mayormente nublado, las probabilidades de precipitaciones continuaran bajas, con valores entre 0% y 10%, según el pronóstico extendido.
El jueves persistirá con el mismo escenario: abundante nubosidad, inestabilidad creciente y una mínima posibilidad de lluvias aisladas. En esa línea, el medio especializado anticipó que el jueves se podría registrar la temperatura más alta de la semana, con marcas que alcanzarían los 25 °C.
Sin embargo, el panorama cambia drásticamente hacia el viernes. Durante esa jornada se espera el avance de un frente frío desde el sur de la región pampeana, que comenzará a desplazar la masa de aire cálido instalada en el centro del país. El viento rotará nuevamente, esta vez al sudeste, iniciando un proceso de descenso térmico que se prolongará durante el fin de semana.
“La circulación de viento del norte y el importante aporte de humedad serán los principales responsables de que el final del invierno se presente con condiciones más cercanas a la primavera”, explicaron desde Meteored, al detallar que el ingreso del frente frío generará un ambiente propicio para el desarrollo de lluvias y tormentas. El cambio de patrón se dará sobre un contexto de elevada humedad, lo que aumentará las probabilidades de fenómenos de mayor intensidad.
Las primeras precipitaciones comenzarían el viernes, con la probabilidad de chaparrones intermitentes y aislados. Aun así, los modelos meteorológicos coinciden en que la mayor inestabilidad se concentrará entre el sábado y el domingo, jornada en la que empieza formalmente la primavera. Para el sábado, las proyecciones indican viento fuerte del este y sudeste, con ráfagas que podrían superar los 50 km/h y una alta chance de tormentas, algunas localmente intensas.
Los acumulados de lluvia previstos en zonas bajo alerta y oscilan entre 30 y 50 mm, aunque podrían superarse en áreas puntuales. Si bien la atención está puesta en el Litoral y parte de la región pampeana, el AMBA no queda exento. A medida que el frente frío se vuelva estacionario sobre el centro del país, el mal tiempo podría prolongarse y complejizarse.
La posibilidad de una sudestada también se encuentra sobre la mesa. Meteored alertó sobre la intensificación del viento del sudeste durante el fin de semana, lo que podría provocar una crecida del Río de la Plata. Esta condición se asemeja a situaciones registradas en temporadas anteriores, con impactos en zonas costeras del conurbano bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires. Se prevé que esta crecida podría extenderse incluso hasta el lunes.
Para el domingo, las proyecciones mantienen un margen de incertidumbre. Algunos modelos anticipan una continuidad de las lluvias y vientos fuertes, mientras que otros señalan una mejora gradual hacia el final del día. Lo que sí parece definido es el descenso térmico, con temperaturas que bajarán varios grados respecto a los días anteriores.
Así, el invierno concluye con un escenario dinámico y cargado de inestabilidad, replicando el patrón observado durante los últimos meses en el país, donde se reportaron acumulados pluviales récord en varias provincias. En el AMBA, la última semana de la estación se presenta como una transición marcada por el contraste entre el calor previo y la llegada de un sistema frontal que impondrá condiciones propias del cambio de temporada.