“Las recientes elecciones en la provincia de Buenos Aires han dejado una derrota clara para el proyecto de la La Libertad Avanza (LLA)” comienza diciendo el documento emitido por la Mesa Ecuménica que reúne a organizaciones basadas en la fe, entre los que se cuentan el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), SERPAJ, la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), los Curas en la Opción por las y los Pobres (COOP) y los Curas Villeros (sacerdotes católicos que trabajan en medios populares). Más allá de la satisfacción expresada por el resultado electoral en la provincia de Buenos Aires que le dio la victoria a Fuerza Patria, la Mesa expresa su “profunda preocupación y tristeza” por el “modelo de crueldad sistemático” que perciben en las manifestaciones del oficialismo gobernante.

La Mesa Ecuménica es un organismo interreligioso que desde el año anterior viene acompañando los reclamos de diferentes sectores y se ha sumado con expresiones propias a las manifestaciones que cada miércoles protagonizan los jubilados y otros sectores frente al Congreso de la Nación en la ciudad capital.

En el documento emitido ahora, titulado “Un resultado que preocupa y un compromiso que perdura”, los organismos de la Mesa precisan que el escrutinio del pasado domingo en la provincia de Buenos Aires “sin duda es un alivio para aquellas personas que defendemos y promovemos los derechos humanos”. Sin embargo a continuación lamenta que el gobierno persista en el “empeño de sostener políticas de exclusión, de empobrecimiento, de marginación y de represión”. A lo que se agrega -en clara alusión a los comicios legislativos que habrán de celebrarse en octubre- que “creemos desde nuestra fe en un Dios de amor, de inclusión y de justicia que este modelo aplicado por el gobierno nacional no debería ser convalidado por el voto de una ciudadanía sensible y con un mínimo sentido de humanidad”.

Refiriendo un texto bíblico del libro de los Proverbios la Mesa Ecuménica hace suyas las palabras de la Sagradas Escrituras. “Cuando predominan los justos, la gente se alegra; cuando los malvados gobiernan, la gente sufre”.

Por este motivo se considera “desgarrador” que se siga sosteniendo “discursivamente o con el voto” a un gobierno que “golpea a los jubilados y a personas con discapacidad con un ajuste feroz” para beneficiar a una minoría. La Mesa Ecuménica critica el desmantelamiento del Estado que elimina “áreas vitales que son el sustento de miles de familias, y más importante aún, son el pilar de nuestra soberanía”. Entre ellos se menciona específicamente al INTI, al INTA y al INAFCI (Agricultura Familiar, Campesina e Indígena) por entender que “no son meros trámites burocráticos” sino que se trata de “la columna vertebral de nuestra soberanía alimentaria, tecnológica e industrial”, se afirma.

Al respecto se señala que el “desfinanciamiento y vaciamiento” de estas instituciones “son un ataque directo a nuestra capacidad de producir conocimientos, alimentos y tecnologías de forma autónoma, condenándonos a una dependencia eterna”.

Denuncia la Mesa Ecuménica que el gobierno nacional “abandona a quienes menos tienen, dejando de entregar alimentos a comedores y merenderos comunitarios, usando el hambre de la gente como herramienta de presión política”. Agrega también que se “persigue y criminaliza la militancia social, estigmatizando a quienes dedican su vida a organizar y dar una mano donde el Estado, deliberadamente, se retira”.

Un párrafo especial se destina para calificar de “alarmante” el “daño profundo que se inflige al cerrar programas dedicados a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia” teniendo en cuenta que “estas políticas no son un capricho del pasado; son una herramienta esencial para la salud del pueblo en el presente”. Para la Mesa Ecuménica tales programas “son el antídoto contra la repetibilidad de los horrores, la garantía de que el ‘Nunca Más’ no sea solo una consigna”. Porque, se sostiene, “debilitarlas es enfermar el alma de la nación, condenándonos a un futuro donde el olvido allana el camino para nuevas injusticias”.

Por eso la Mesa Ecuménica reafirma su compromiso para “no quedarnos en silencio” y “alzando la voz profética, denunciando toda injusticia, acompañando a los descartados y descartadas por este modelo y sosteniendo redes comunitarias de contención que resisten día a día”. Desde una perspectiva de “esperanza y resistencia activa” se le recuerda “al poder que la misericordia y la justicia social son mandatos no negociables”.

Integran la Mesa Ecuménica el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ); Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH); Pastoral Social Evangélica (PSE); Curas en la Opción por las y los Pobres (COPP); Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE); Fundación Hora de Obrar; Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF); Mujeres Construyendo Comunidad; Iglesia Anabautista Menonita de Buenos Aires (IAMBA); Sororidad & Fe; Grupo La Tranquera (GLT) y Curas Villeros.