Son las 9 de la mañana y en la biblioteca de la escuela primaria Nº 4 “Sargento Cabral” se expone sobre la mesa, una palita metálica con motor eléctrico que espera su prueba de funcionamiento. Malena Villalba y Benjamín Zordán, alumnos de 5to grado, están ansiosos por explicar cómo nació el proyecto que presentaron la semana pasada en la Feria de Ciencia que se realizó en la Estación Belgrano. La idea surgió en equipo, con la guía de su docente de Tecnología, María Fernanda Campagnolo, una educadora que encontró en las nuevas tecnologías una manera de enseñar a incluir.
“Vimos que dos compañeras de la tarde que están en silla de ruedas, no podían ayudar a limpiar. Entonces pensamos en algo que ellas pudieran usar. Esta pala tiene un mango y se acciona desde arriba con un botón”, cuentan los chicos orgullosos. También hay una versión más chica, de mesa. “Fuimos tirando ideas entre todos hasta que apareció esto. Usamos un motor de un juguete reciclado, lo adaptamos y después imprimimos las piezas en 3D”.

Campagnolo sonríe a su lado. Hace 9 años que trabaja en esta escuela y desde el inicio eligió el camino de la inclusión a través de la tecnología. La Sargento Cabral es una de las escuelas con mayor integración de la ciudad: hay alrededor de 30 estudiantes con distintas discapacidades sobre un total de 380. “Eso nos obliga a inventar nuestras propias herramientas, y la tecnología abre un mundo enorme para eso. Pienso que, como docentes, no nos podemos quedar en la queja”, explica.
Su recorrido comenzó fabricando un destructor de filamento de botellas PET para realizar la materia prima del lápiz. Después llegó la impresora 3D que compró el taller manual que está al lado de la escuela, ubicada en Las Heras al 4700. Y con ella se abrieron nuevas posibilidades: regletas para lectura, pastilleros para el hogar de ancianos del barrio, cuerpos geométricos para Matemática, llaveros con las tablas de multiplicar y, más recientemente, la “palita inclusiva”.
“Armé una plataforma y cada niño tiene un usuario en Tinkercad para hacer diseños. Después lo pasamos a la tarjeta de memoria y lo imprimimos. Trabajamos mucho contenido de Matemática, porque es un programa que necesita las conversiones de unidades exactas. La inclusión no es un tema aparte, sino que atraviesa todo, lo mismo que la vinculación con la comunidad”, detalla la docente.
“Volvería a elegir la docencia”
La docencia no es solo un trabajo: es un acto de confianza en el futuro. Cada maestra y cada maestro que entra al aula lleva consigo la certeza de que enseñar es también aprender, acompañar, contener y, muchas veces, inventar caminos donde parece no haberlos. A veces ponen recursos de su bolsillo para comprar los materiales y su trabajo nunca se acaba en el salón, sino que siguen en sus hogares.
La vocación de Campagnolo nació temprano. “Siempre me gustó la computadora. Uso tecnología desde los nueve o diez años. Y cuando me tocó elegir, lo tuve claro: quería ser docente de Tecnología. Hoy puedo decir que volvería a elegir la docencia”, asegura.

En sus clases, la innovación se mezcla con la cooperación. “A veces tenemos hasta cuatro estudiantes integrados en un mismo grado. Los chicos se ayudan mucho entre ellos y eso los motiva a que todos avancen. Lo importante es que la clase se piense desde situaciones problemáticas a resolver. A ellos les gusta porque los desafía. Siempre salen contentos, y eso para mí es muy gratificante”, dice.
Hace varios años que la escuela llega a las instancias provinciales de la Feria de Ciencia, con devoluciones alentadoras. Y ya piensan en la que viene. “El año próximo queremos trabajar con las mascotas y el cuidado de los animales. Siempre con la mirada puesta en la comunidad, porque la escuela también es parte de ella”, anticipa Campagnolo.
En la biblioteca, los chicos prueban la palita. Otros dos chiquitos entran a buscar una computadora del Conectar Igualdad, que a simple vista se nota que están muy usadas. “Los estudiantes de la escuela Avellaneda nos dieron una mano con el arreglo de muchas de ellas y las seguimos utilizando en el SUM que es donde mejor conexión tenemos”, dice la maestra. La sonrisa de todos ilumina la mañana de la jornada previa al Día del Maestro: la inclusión, aquí, no es un discurso, sino una construcción diaria.

Homenaje a Sarmiento
Cada 11 de septiembre, se celebra el Día del Maestro en nuestro país y todo Latinoamérica en homenaje a la figura de Domingo Faustino Sarmiento. Fue político, filósofo, pedagogo, escritor, docente, periodista, estadista y militar argentino, gobernador de San Juan y presidente de la Nación Argentina. Se destaca su lucha por la educación y la cultura. Mientras fue gobernador decretó la ley de enseñanza obligatoria primaria y como jefe de Estado logró triplicar la población escolar.
En 1943, la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, celebrada en Panamá, resolvió decretar el 11 de septiembre como Día del Maestro para todo el continente americano en honor al fallecimiento de Sarmiento, pero también en reconocimiento a la importancia que implica el trabajo de todos los maestros que día a día realizan su trabajo en las escuelas.