La prensa de izquierda tiene una larga tradición en la Argentina. En Un diario para el pueblo, editado recientemente por Siglo XXI, el historiador Juan Buonuome pone en cuestión algunos lugares comunes en relación a este tipo de periodismo.
A contrapelo de las lecturas más reduccionistas, él no lo concibe como una subcultura endogámica, replegada sobre sí, ni como una plataforma doctrinaria sino como una expresión cultural capaz de alcanzar públicos más amplios, aún más allá de los convencidos. Aquí el investigador pone el foco en La Vanguardia, el principal diario socialista de América Latina, que se publicó en Buenos Aires entre fines del siglo XIX y el primer peronismo.
Fundado en 1894 como órgano del Partido Socialista, La Vanguardia se fue consolidando como semanario y luego como matutino diario. Y si bien nunca dejó de ser portavoz de las posiciones del partido y herramienta para crear una conciencia obrera, desde el comienzo entendió que para sumar votantes había que llegar a redes no militantes.
En la introducción, Buonuome señala que se propuso “integrar el derrotero de un sector destacado de la izquierda argentina a una trama más amplia. En este sentido, el peso de los argumentos está puesto en los vínculos que estableció el socialismo con el ‘afuera’. Así, este libro puede ayudar a conocer y entender mejor algunas dimensiones de la formación de una sociedad y una política de masas en la Argentina, capitalizando los avances recientes sobre la historia de las industrias culturales, el consumo y las clases medias, y poniéndolas al servicio de una reevaluación del lugar de la izquierda en nuestro país”.
Asimismo, el trabajo tiene entre sus méritos la capacidad para analizar el rol de los medios de comunicación en la vida democrática de la Argentina.