La obra entregada por la familia a través del abogado (Gentileza Nicolás Galante / Infobrisas)

Patricia Kadgien y su esposo, Juan Carlos Cortegoso, la pareja que tenía en su casa de Mar del Plata el cuadro “Retrato de una dama” robado por los nazis, quedaron formalmente imputados por encubrimiento agravado en el marco de la causa que investiga el fiscal Carlos Martínez.

Kadgien y Cortegoso fueron informados de la acusación durante una audiencia que se desarrolló cerca del mediodía en la ciudad balnearia. Ambos quedaron en libertad, aunque no podrán salir del país ni ausentarse de su domicilio por más de 24 horas.

Tras la jornada, el fiscal federal general ante la Cámara de Mar del Plata, Daniel Eduardo Adler, dio una conferencia de prensa y explicó la imputación: “Es por mantener oculta esta obra de arte. Es agravado por los delitos precedentes, los que se estaban encubriendo, que son especialmente graves. Se vinculan con delito de genocidio, con el robo en un contexto de genocidio, con un plan sistemático de apropiación de obras de arte, joyas, perpetrado por el régimen nazi”.

El cargo fue formulado horas después de que la Justicia recuperara la obra: este miércoles, el abogado de Kadgien y su esposo la entregaron voluntariamente a la fiscalía. Según pudo saber este medio, “la llevaron al ver que les allanaban a todos los parientes en busca de la pintura”.

Acerca de si Kadgien tenía el cuadro en su poder por haberlo heredado de su padre, Adler dijo que por el momento “entienden que sí”. “Los sitios oficiales de Países Bajos, de la Agencia Cultural, que depende del Ministerio de Educación y Cultura de Países Bajos, tienen una línea de tiempo y sitúan el propietario original hasta julio de 1940. Después en esa línea del tiempo, ellos ya tienen en la página indicado como que estaba en propiedad de Frederik Kadgien”.

Asimismo, señaló que desde la fiscalía pidieron que “Retrato de una dama” quede en el Museo del Holocausto “al efecto de que se puedan hacer los peritajes que correspondan sin exhibición al público”, aunque aclaró que eso lo deberá definir el juez.

Los detalles de la obra

En la tarde del miércoles, el fiscal Adler dio otra conferencia de prensa donde expuso la obra recuperada y destacó el trabajo del “Poder Judicial de la Nación y del Ministerio Público Fiscal”. También ponderó “la comprensión por parte del abogado Murias que, en horas del mediodía”, llevó la obra a la fiscalía.

Estuvieron presentes el perito y profesor de arte, Ariel Bassano, quien trabajó a pedido de la Justicia junto a Machi Fortunato, comentó sobre la pieza: “Está en buen estado de conservación por los años que tiene, ya que es de 1710″.

El perito estimó que el cuadro robado durante la Segunda Guerra Mundial puede valer 50 mil dólares y que va a ser resguardad en una recámara especial.

Hay que recordar que la investigación comenzó con el fiscal federal Carlos Martínez, quien había recibido una alerta de Interpol y de la Aduana el 25 de agosto pasado por la mañana. De inmediato, activó un expediente que derivó en un allanamiento en la casa de Kadgien para encontrar la pintura: fue hasta allí la DUOF Mar del Plata de la Policía Federal Argentina. La pintura no estaba. Ahora se sabe que la habían escondido.

La historia de la pintura buscada

El cuadro, que fue descubierto colgado sobre el sofá de la vivienda marplatense, puesta a la venta por la hija de un funcionario alemán, había desaparecido tras ser saqueado en Ámsterdam en 1940.

Portrait of a Lady (Contessa Colleoni), es una obra de Giuseppe Ghislandi, conocido como Fra’ Galgario.

El recorrido del cuadro robado se remonta a la invasión de los Países Bajos por la Alemania nazi en 1940. Según laLost Art Database, la pintura fue saqueada en Ámsterdam en julio de ese año a Jacques Goudstikker, un reconocido comerciante de arte judío neerlandés. Durante su intento de huida en barco, Goudstikker falleció accidentalmente a bordo.

Entre el equipaje de su familia se encontraba un inventario de unas 1.100 obras de arte que poseía en ese momento, entre ellas ocho Rembrandt y dos Vermeer, que fueron vendidas a precios irrisorios al mariscal del Reich Hermann Göring y a otros jerarcas nazis.

La venta de la pintura de Ghislandi fue realizada por el banquero alemán Alois Miedl a Friedrich Kadgien, mano derecha de Göring. Según AD, Kadgien desempeñó un papel relevante en el Plan Cuatrienal para financiar el rearme de Alemania y, en 1945, huyó a Suiza, probablemente llevándose consigo parte del arte saqueado. Posteriormente, se trasladó a Brasil y luego a Argentina, donde fundó una empresa, formó una familia y falleció en Buenos Aires en 1978.

La pista del cuadro resurgió cuando una de las dos hijas de Kadgien, residente en una localidad costera argentina, puso en venta su casa a través de la inmobiliaria Robles Casas y Campos. En las imágenes del anuncio, la pintura de Ghislandi se exhibía en un lugar destacado del salón.