La escena parece sacada de una película: un aviso inmobiliario en Mar del Plata, una foto casual de un living y, colgado sobre un sillón verde, un cuadro buscado desde hacía más de 80 años. Así se desencadenó la investigación que hoy tiene imputados en Argentina a Patricia Kadgien, hija de un jerarca nazi, y a su marido, acusados de encubrimiento de bienes culturales robados durante la Segunda Guerra Mundial.

El óleo Retrato de una dama, del italiano Giuseppe Ghislandi, fue robado en Ámsterdam de la galería del coleccionista judío Jacques Goudstikker, víctima del régimen nazi.

 La Policía Federal también halló 22 estampas de Henri Matisse, producidas en la década del ’40, que estaban bajo resguardo de la familia Kadgien.

Junto a esa obra, la Policía Federal halló en Mar del Plata 22 estampas de Henri Matisse de la década del 40 y otras piezas de origen aún incierto.

 Entre las piezas secuestradas en Mar del Plata hay dos pinturas cuya procedencia aún no pudo ser determinada por los investigadores.

Las obras estaban en manos de la familia de Friedrich Kadgien, conocido como “el mago de las finanzas” de las SS. Tras enriquecerse con el saqueo de joyas, obras y diamantes en Países Bajos, Kadgien llegó a Argentina en los años 50 y murió en Buenos Aires en 1978, sin haber ocultado nunca su identidad.

Una pista inesperada

El hallazgo fue posible gracias al trabajo del periodista neerlandés Peter Schouten, que durante más de una década rastreó el destino del patrimonio robado. En diálogo con Radio Urbana relató la secuencia: “estábamos siguiendo la pista del cuadro desde Holanda, cuando vimos una publicación inmobiliaria con fotos del interior de la casa. En la quinta imagen apareció el retrato de Ghislandi, el mismo que buscábamos hace 80 años. No había duda: era ese”, explicó.

La revelación encendió las alarmas en la fiscalía argentina, que junto a Interpol activó los allanamientos. El cuadro fue entregado un día después de los procedimientos, tras haber sido retirado de la pared.

La justicia y las deudas pendientes

El abogado de la familia, Carlos Murias, adelantó que intentará alegar la prescripción de los delitos. Sin embargo, el derecho internacional y la legislación argentina son claros: los crímenes vinculados al genocidio nazi no prescriben.

Ante este panorama, la heredera de Goudstikker, hoy radicada en Nueva York y de 81 años, también reclama la restitución de la obra.