El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Quilmes condenó este jueves a Yésica del Carmen Aquino y su pareja, Roberto Carlos Fernández, por el crimen de León Aquino, el bebé de 18 meses torturado y asesinado en una vivienda de Berazategui en 2021.
Después de la audiencia, la reacción principal llegó desde las tías maternas del menor, quienes fueron las impulsoras de las denuncias en la causa.
Según pudo saber Infobae, para la familia de la víctima fue positivo el hecho de que se haya podido probar lo ocurrido y celebraron que la sentencia de los jueces Cecilia Maffei, Fernando Celesia y Julia Rutigliano fuera condenatoria.
Sin embargo, señalaron que mantienen la expectativa de lo que pasará dentro de dos semanas, ya que el lunes 15 de septiembre se dará a conocer el monto de la pena para ambos condenados. El reclamo es claro: exigen prisión perpetua para Aquino y Fernández, como lo hicieron desde que empezó la investigación.
“Es positivo que se haya podido probar el hecho, porque la sentencia es condenatoria, pero igualmente seguimos todas a la expectativa”, dijeron a este medio esperando la pena máxima.
Eso va en línea con la mirada de la fiscal María de los Ángeles Attarian Mena, quien solicitó la pena máxima para la pareja al considerarlos coautores del homicidio calificado del niño, con el agravante de alevosía y ensañamiento. En el caso de Aquino, además, la funcionaria judicial le sumó el agravante del vínculo.
De acuerdo a la causa, León fue llevado el 19 de septiembre de 2021 al hospital El Cruce, de Florencio Varela, ya en estado grave y con marcas visibles de maltrato: tenía hematomas, golpes, mordeduras y hasta una aguja oxidada clavada en la espalda que, se cree, le provocó el cuadro de septicemia que derivó en la muerte.
Attarian Mena sostuvo ante los jueces que los hermanos del pequeño también sufrían agresiones, pero el nivel de violencia sobresalía en el trato hacia León, a quien “le pinchaban los dedos de las manos, en las yemas y también en los pies”.
Durante el juicio, familiares directos relataron episodios de gritos, castigos y reclamos de ayuda. “Primero le rogué a mi hermana que me diera a León para cuidarlo. Le dije que no iba a denunciarla, pero no quiso saber nada. Después empezamos a denunciarlos en todas partes. Los chicos estaban solos, les tiraban agua fría, les pegaban con palos, les ponían pimienta en la comida. A León lo dejaban horas mojadas frente a la ventana en pleno invierno”, dijo una familiar a este medio.
También se sumó la voz de dos hermanos del bebé y material como dibujos que reflejaban el miedo y las situaciones de violencia doméstica en la casa.
“Muchos de estos nenes no pudieron poner en palabras todo lo que estaba sucediendo… Se secuestró un dibujo donde se ve una persona grande con rayas, como si fueran pinches, rodeando a alguien más chiquitito. Uno puede suponer que es León”, dijo la fiscal en su alegato.
Aquino y Fernández quedaron detenidos desde el inicio de la investigación. Ninguno estuvo presente en la audiencia de hoy. Hasta último momento defendieron su inocencia. “No fui una buena madre, hice lo que pude”, dijo la mujer tras negar haber matado a su hijo. El hombre, por su parte, expresó: “No soy el monstruo que dicen que soy”.
La versión original de la madre fue que su hijo se había ahogado con leche. Eso dijo en el hospital. Pero las pruebas incorporadas al expediente judicial dicen otra cosa. De hecho, el cotejo odontológico determinó que una mordedura en el cuerpo de la víctima era compatible con la dentadura de Aquino.
Recientemente, la familia de León difundió un mensaje público en redes sociales, dirigido a quienes cuestionaron su proceder antes y después del crimen. Allí explicaron que nunca permanecieron inactivos, que acumulan varias denuncias y pedidos de resguardo, y que las autoridades desestimaron los reiterados reclamos. Así, nunca obtuvieron apoyo institucional.