A poco más de un mes de que un joven de 20 años fuera detenido en Córdoba por haber realizado amenazas de bomba en Aeroparque y el Aeropuerto de Ezeiza, se conoció cómo fue la llamada que permitió atrapar al acusado. Además, confirmaron que no se trataba de la primera vez que realizaba este tipo de comunicaciones.
Todo comenzó el 23 de julio, cuando el imputado se comunicó con el 911 para alertar sobre un presunto explosivo que había colocado en un avión que iba a despegar de la terminal internacional de Ezeiza. “Mire, le informo la situación. Vamos a poner una bomba. Hay una bomba en el avión Boeing 747-87UF de registración 855GT. Está en Buenos Aires”, describió el detenido en el audio al que tuvo acceso Infobae.
“Estoy a punto de detonar la bomba. Si no para ya mismo el avión, lo explotamos”, advirtió el joven al operador, tras mencionarle que se trataba de un supuesto viaje con destino a Miami, Estados Unidos. Incluso, aseguró que se encontraba dentro de la unidad, lo cual sería comprobado como una mentira poco después de que se iniciara la investigación.
A partir de ese instante, la causa quedó en manos del juez federal Federico Hernán Villena, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de Lomas de Zamora.
La localización del sospechoso fue producto de una investigación realizada por la División Investigaciones Tecnológicas Especiales de la Policía de la Ciudad, que realizó una serie de análisis de registros de conexión, trazado de antenas de telefonía celular, seguimiento de movimientos y transacciones bancarias y de billeteras virtuales, así como relevamientos en fuentes abiertas (OSINT) y tareas de campo.
Una vez corroborado el domicilio del imputado, el juez dispuso que la Policía de la Ciudad, junto con la Policía de Seguridad Aeroportuaria –a través de la Unidad Operacional Antiterrorista, el Grupo Especial de Asalto Táctico, el Grupo Especial de Desactivación de Explosivos y la División de Canes, todos pertenecientes a la URSA II–, ejecutara el allanamiento y la detención del principal sospechoso. El procedimiento se realizó en una vivienda de la calle América al 500, en la localidad cordobesa de La Falda.
Acto seguido, el acusado fue imputado por el delito de intimidación pública. No obstante, el análisis del celular que fue secuestrado de la propiedad permitieron descubrir que había una relación directa entre el dispositivo y más de treinta llamados falsos que activaron operativos de emergencia.
Estas comunicaciones fueron realizadas entre el 26 de junio de 2025 y el 22 de julio de 2025 al 911 de la Policía de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires.
En concreto, se trataron de 14 llamados sin diálogo, 3 amenazas de bomba a aviones, 2 amenazas de bomba a instalaciones, y 3 pedidos de auxilio generados con información falsa. Además, en 4 llamadas habría simulado detonaciones y tiroteos y en otras 9 habría simulado pedir comida “para confundir a las autoridades”.
En varias de estas comunicaciones se detectaron voces distorsionadas -que podrían haber sido producto del uso de moduladores de voz-, imitaciones de acento extranjero y la entrega de datos y domicilios inventados para movilizar recursos policiales.
También reconocieron que el joven había realizado varios movimientos para ocultar su identidad al hacer los llamados. Para esto, usó un servicio de telefonía IP contratado con un correo electrónico falso, el cual pagó a través de una billetera electrónica. Todo bajo la protección de un servicio VPN que impedía que pudiera ser rastreado por medio de antenas de telefonía celular.
La investigación continúa bajo la órbita del Juzgado de Lomas de Zamora, que deberá evaluar la prueba reunida y avanzar en el proceso judicial. Por el momento, el acusado permanece bajo custodia y a disposición de las autoridades federales.