El Tribunal Oral Federal (TOF) 5 de la Ciudad de Buenos Aires comenzará el 8 de octubre próximo a juzgar al exprefecto Gonzalo Sánchez por crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). El “Chispa” Sánchez, que durante la dictadura reconocía que los prisioneros eran eliminados en lo que después se conoció como los “vuelos de la muerte”, fue uno de los represores que participó del operativo en el que resultó herido de muerte el periodista Rodolfo Walsh. Estuvo quince años prófugo y, en 2020, durante la pandemia, fue extraditado desde Brasil.
El juez Germán Castelli informó que finalmente en octubre comenzará el proceso contra Sánchez. La primera audiencia será presencial y las siguientes se realizarán de manera virtual. Sánchez está alojado en la Unidad 34 de Campo de Mayo. Desde allí se convirtió en uno de los miembros más activos de los Muertos Vivos, el grupo de lobby de los represores. Además, es pastor evangélico.
Sánchez integraba el sector operativo del grupo de tareas de la ESMA. Salía a secuestrar, como lo hizo el 25 de marzo de 1977, cuando la patota fue tras Walsh.
Su nombre apareció tempranamente en los testimonios de quienes estuvieron secuestrados en el centro clandestino de la Armada. Horacio Domingo Maggio, el Nariz, relató que el “Chispa” le había explicado cómo fueron cambiando los métodos para deshacerse de los prisioneros. El último que describió incluía el uso de un somnífero y el posterior arrojo de personas desde helicópteros. Maggio logró dejar ese testimonio en 1978, cuando escapó de la ESMA, antes de ser asesinado por la dictadura.
En 1979, tres sobrevivientes –Alicia Milia de Pirles, Ana María Martí y Sara Solarz de Osatinsky– declararon en Francia sobre los crímenes de la ESMA. “Por los oficiales también obtuvimos algunos datos sobre los traslados. En momentos de debilidad se les escapa información. El oficial de Prefectura Gonzalo Sánchez, alias Chispa, dijo que los cuerpos eran tirados al mar en el sur, en zonas cercanas a dependencias de la Marina”, relataron las tres mujeres.
Sánchez no fue el único represor que huyó a Brasil. Allí también se encuentra Roberto Oscar González, un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) conocido como “Federico” o “Gonzalito” en la ESMA.
A diferencia de lo que ocurrió con “Chispa”, el Supremo Tribunal Federal rechazó su extradición a la Argentina, aunque hubo pedidos para que revisara su decisión. El 27 de agosto pasado, el juez federal Julián Ercolini –a cargo de la megacausa ESMA– le pidió a la Cancillería que informara, “en atención al tiempo transcurrido”, cuál era el estado del trámite.