La familia de Pablo Grillo, el fotógrafo herido por un policía mientras cubría una marcha de jubilados en marzo de este año, brindó nuevos detalles sobre su recuperación tras una intervención que no habría dado los resultados esperados.
“El tema es que él está en un estado muy cansado, adormilado, poco receptivo“, comenzó explicando Fabián, quien detalló que la operación de este martes fue menor y realizada con anestesia local. Consistió en cerrar por completo una válvula que regula el líquido cerebral.
Al respecto, agregó: “Está lento el proceso de expansión del cerebro en el cráneo nuevo. Por lo tanto, se está viendo que hay un drenaje mayor del debido del líquido cefalorraquídeo, por eso, cerraron la válvula”.
En esa línea, el padre del joven precisó para los médicos existe la posibilidad de que la válvula haya estado funcionando mal. Por eso, a partir del cierre, se está evaluando si el cerebro de Pablo está recuperando el líquido suficiente para continuar su recuperación.
“Hoy le darían una tomografía, le están haciendo estudios periódicos como para ver cómo evoluciona. En la tomografía de ayer, previo al cierre, veían que no había evolución o era muy lenta”, añadió. Alrededor de las 11 de hoy, habrá un nuevo parte de los neurocirujanos.
Este martes, el entorno de la víctima informó a través de la cuenta Justicia por Pablo Grillo que el joven continuaba internado en la sala de terapia intensiva. A pesar de que estaría “clínicamente estable”, alertaron que su evolución neurológica “se encuentra en una meseta” y que persisten complicaciones.
“No está teniendo la evolución que se espera”, reconocieron al explicar que los especialistas habían observado una falta de líquido cefalorraquídeo (LCR). En este sentido, señalaron que la cantidad existente “no es suficiente para cubrir todo el cerebro”.
Según los resultados de la última tomografía que le realizaron, detectaron que el “ventrículo cerebral derecho (por donde pasa el LCR) estaría dilatándose más que el izquierdo”. A raíz de esto, los médicos plantearon la posibilidad de que la válvula que regula el paso del líquido haya dejado de funcionar correctamente.
Por este motivo, le realizaron un procedimiento de “cierre de válvula” manual, con una pequeña incisión, con el objetivo de revertir la complicación reportada. “Continúa luchando, está con fuerzas”, aseguraron, para luego agradecer “el cariño que le hacen llegar a él lo siente y lo necesita”.
Como parte de la etapa final de su recuperación, Grillo había sido sometido a una operación el pasado 13 de agosto. En esa intervención, le habían colocado dos placas en ambos hemisferios y, pese a que había sido considerada un éxito, en los últimos días comenzaron a notarse las complicaciones.
El fotoperiodista había sido herido por el disparo de un proyectil de gas lacrimógeno en la cabeza durante una marcha de jubilados. En esa movilización, se habían reportado enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de fuerzas federales, lo que derivó en que se activara un protocolo de control de la zona.
A raíz de la lesión, Grillo permaneció en estado crítico en el Hospital Ramos Mejía, donde los equipos médicos constataron una severa pérdida de masa encefálica. No obstante, el 3 de junio recibió el alta hospitalaria para continuar su recuperación domiciliaria.
Al mismo tiempo, la causa judicial se encuentra en etapa de realización de peritajes técnicos. Así, el 11 de agosto se llevó a cabo una reconstrucción balística bajo la dirección de la jueza federal María Servini, con la colaboración de especialistas de la División Balística de la Policía de la Ciudad.
El objetivo principal consistía en determinar la velocidad y el trayecto del proyectil, así como establecer la posición del gendarme identificado como autor del disparo. Asimismo, el informe pericial buscará precisar si hubo elementos materiales en la zona que pudieron desviar o modificar la trayectoria del proyectil y si estas circunstancias inciden en la responsabilidad penal del agente.
Hasta el momento, la investigación incorporó un informe técnico del programa Mapa de la Policía, donde se sostiene que el gendarme actuó “de manera irregular” al efectuar un disparo en ángulo horizontal, contradiciendo protocolos de uso de armas no letales en zonas urbanas. Paralelamente, un informe administrativo interno elaborado por Gendarmería Nacional ya fue sumado a la causa.
Según la defensa de Grillo, encabezada por la abogada Claudia Cesaroni de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, este informe se cerró en un plazo menor al habitual y evitó un análisis exhaustivo de responsabilidades. La fuerza adjudicó el episodio a “malas condiciones de visibilidad” y asignó a la víctima un “grado de imprudencia” por situarse en la línea de tiro.