El siniestro se produjo a raíz de la quema de rastrojos de caña y, debido a la propagación del fuego y el intenso humo, las llamas llegaron a aproximarse al barrio Toledo, generando preocupación entre los vecinos. Fueron ellos quienes alertaron a la Policía e incluso intentaron sofocar el incendio por sus propios medios.
De acuerdo con los testimonios recogidos en el lugar, el foco ígneo se habría iniciado durante la noche del sábado y, tras extinguirse, volvió a reactivarse en horas de la mañana. Según estimaciones preliminares, entre 20 y 30 hectáreas resultaron afectadas.
Los peritos del ECIF del Ministerio Fiscal realizaron tareas de relevamiento de datos, toma de muestras, registros fotográficos y recolección de testimonios. Las actuaciones fueron remitidas a la Unidad Fiscal de Delitos Complejos, a cargo de la fiscal Mariana Rivadeneira, quien tendrá a su cargo la investigación para determinar responsabilidades.
Además, trabajaron en la zona la División de Delitos Rurales de la Policía, personal de Bomberos y de Defensa Civil.
Durante el fin de semana fueron varios los focos de quemas de este tipo que debieron extinguirse con el consiguiente riesgo que generan a los vecinos. Desde el MPF se reitera el compromiso en sostener una política firme contra la quema de cañaverales y pastizales, prácticas que constituyen delitos penales con impacto en el medio ambiente, la salud pública y la seguridad de la población y que son atendidas como cualquier transgresión a las leyes.
Al mismo tiempo, se recuerda a la comunidad que estos hechos pueden denunciarse de manera anónima a través de la línea 381 319 5131, habilitada especialmente para estos casos.