“En principio, tendríamos mayor exposición a la luz solar”, explicó el antropólogo  Gonzalo Iparraguirre, especialista en gestión de tiempo y asesor en la redacción del proyecto sobre el huso horario aprobado este miércoles en la Cámara de Diputados.

Iparraguirre repasó los conceptos fundamentales tomados por el texto que dispone el cambio al huso -4 GMT, es decir, a cuatro horas del Meridiano de Greenwich.

“En ese momento, el sol está arriba nuestro entonces la duración solar es más beneficiosa en distintos aspectos, uno de ellos es el energético, otro el médico, otro el educativo”, enumeró el antropólogo.

En nuestro país, desde su implementación en 1920, cuando se decidió adoptar el sistema internacional que se llama Tiempo Universal Coordinado (UTC, por sus siglas en inglés), el huso cambió sesenta veces. Hasta ahora, el huso adoptado estaba en -3, establecido 1980, y según el especialista coincidía con el del punto más extremo de la costa brasileña. Iparraguirre consignó además que, por la extensión de nuestro país, su recomendación fue que exista cierta flexibilidad en la política de tiempo.

“En el proyecto consideramos, por ejemplo, que algunas zonas cordilleranas podrían tener hasta -5,. Se justifica sobre todo en municipios linderos a Chile”, detalló

Y continuó: “Es la paradoja de esto, cuando se hace una legislación nacional se piensa en todo el país como si fuera una sola cosa y ahí es donde yo propongo que haya más flexibilidad para que haya regulaciones en las cuales vos puedas adoptar distintos criterios comerciales o laborales y que uno pueda adoptar distintos horarios. No pasaría nada y sería una forma que, de acuerdo a cuestiones culturales, se pueda adoptar una vida más diurna o más nocturna, dependiendo de los ritmos de cada comunidad”.

Esa flexibilidad, agregó, en otros países está contemplada y es parte del debate en lo que refiere a las políticas del tiempo, por ejemplo la eliminación del horario de verano e invierno en Europa en 2019.

“En la versión (del proyecto) que yo hice estaba descartado (el horario de verano e invierno) porque la adaptación de las personas en cuanto a la regulación del sueño genera inconvenientes. No es algo menor, nosotros sugerimos que se mantenga con un mismo huso horario durante todo el año pero que la flexibilidad venga de otro lado”, concluyó.