No alcanzó con rechazar la denuncia. El juez federal de La Plata, Alberto Recondo, decidió además salir a explicar su fallo y, en el intento, terminó enredado en una defensa pública de Javier Milei y en una insólita acusación contra la madre de Ian Moche, el niño de 12 años con autismo que se convirtió en blanco de insultos tras un retuit presidencial.
El caso llegó a los tribunales después de que la familia de Ian pidiera que se ordenara al Presidente retirar un mensaje en X (antes Twitter) en el que se los acusaba de “usar” al niño con fines políticos, lo que desató una ola de violencia digital. Lo más preocupante fue que Ian, un niño de 12 años con autismo, quedó expuesto a insultos y comentarios agresivos que se amplificaron desde la cuenta del Presidente, lo que profundizó el impacto sobre él y su familia.
Ante este contexto, el juez federal de La Plata, Alberto Recondo desestimó la demanda. Entre sus argumentos, el magistrado sostuvo que Milei actuó desde una cuenta “personal” y no como jefe de Estado, a pesar de que se tratara de un perfil verificado con tilde gris, reservado a autoridades de gobierno. Para el magistrado, lo ocurrido fue simplemente un ejercicio de “libertad de expresión”. Lejos de limitarse a la sentencia, Recondo profundizó su postura este martes en entrevistas radiales. Minimizó el daño que sufrió Ian: “Si alguien agrede a la madre de un niño discapacitado, ¿está agrediendo al niño? No necesariamente”, sugiriendo que los ataques a la familia no tendrían un efecto directo sobre el chico. Además, responsabilizó a la madre por exponerlo públicamente: “Si expone al niño a la crítica pública porque su lucha la hace pública, es previsible que haya críticas de todo orden”. La línea argumental del juez fue clara: absolver a Milei y trasladar la responsabilidad a la familia. “Lo que critica el Presidente es la actitud de los progenitores, de utilizar al niño para hacer oposición política”, repitió, casi palabra por palabra, el discurso oficialista. Consultado sobre si podía sugerir al mandatario que borrara el tuit, se excusó: “Yo no soy la persona indicada para decirle al Presidente cómo debe comportarse”. Sin embargo, no dudó en atribuirle a la madre la supuesta exposición del menor al escarnio público, mientras relativizaba el carácter institucional de la cuenta: “Es personal, aunque sea la del Presidente”.
Un fallo a medida