El 5 de agosto, cerca de las 13, un hombre circulaba en su camioneta Toyota SW4. Cuando se detuvo en el semáforo de avenida Aconquija al 2.000, sintió un fuerte reventón ocasionado por la rotura de la ventanilla de la puerta trasera izquierda. Cuando intentó reaccionar, descubrió que un joven se había apoderado de la mochila en la que tenía guardada una notebook y U$S3.000. El delincuente salió corriendo y se subió a una moto que era conducida por un cómplice.

La víctima se presentó en la Brigada de Yerba Buena para realizar la denuncia. Les avisó a los policías que su computadora tenía sistema de GPS por lo que podía ser rastreada. Analizaron su ubicación y les marcó que estaba en el Barrio ATE. Fueron hasta ese lugar y descubrieron que los “rompevidrios” la habían arrojado en un descampado.

Los vecinos del lugar informaron que horas antes habían observado que allí se había detenido un utilitario blanco. Al analizar las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la zona donde se concretó el robo, los pesquisas comprobaron la presencia de un vehículo de esas características. Con ese dato, lograron identificar que su titular tenía antecedentes por haber cometido varios ataques bajo esta modalidad. Continuaron buscando pruebas hasta que encontraron quiénes podrían haber sido sus cómplices.

Presentaron los resultados de las investigaciones a la fiscala María del Carmen Reuter que consiguió que se autorizara una serie de allanamientos en el Gran San Miguel de Tucumán. 

Autodespacho combustible
Personal al mando de los comisarios Emanuel Zamorano, Eric Romano y Miguel Carabajal secuestró la camioneta y la ropa que habrían utilizado los sospechosos en el robo. La auxiliar fiscal Paula Bellomio avaló la aprehensión de dos sospechosos y la de un tercero que intentó evitar que se realizara un allanamiento.