Agencia TSS – Las comunidades que viven en El Impenetrable chaqueño tienen diversas necesidades básicas insatisfechas, entre ellas, la falta de acceso al agua potable. Es una zona caracterizada por estrés hídrico, donde la demanda de agua es mayor que su disponibilidad, debido a la escasez de lluvias y las altas temperaturas. Ante este problema, la Administración Provincial del Agua suele recurrir a dos alternativas, aunque ambas presentas sus dificultades.

Por un lado, llevar tanques de agua a las comunidades, lo cual puede demorar bastante debido al difícil acceso a esas zonas. Y, por otro lado, hacer perforaciones para extraerla del subsuelo, lo que evidenció otro inconveniente: el agua obtenida muchas veces contiene altos niveles de arsénico, un contaminante natural que, si la exposición es prolongada, puede causar diversos problemas de salud. Entre ellos, el hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE), un cuadro de intoxicación crónica que suele iniciarse con problemas en la piel y puede derivar en algunos casos en patologías más graves como cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares.

Para hacer frente a esta problemática, investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) diseñaron y fabricaron un aerodestilador solar pensado para proveer agua de mejor calidad a las comunidades aisladas de El Impenetrable chaqueño. Se trata de un dispositivo que utiliza el vapor para extraer las sales de arsénico que están presentes en el agua subterránea y dejarla apta para consumo humano. Actualmente, están finalizando el primer prototipo.

“No solo tenemos que solucionar el problema de mejorar la calidad del agua, sino también el de llevar energía a esas comunidades. Por eso pensamos en la combinación de un sistema que pueda extraer estas sales y otros elementos del agua utilizando energía solar”, cuenta a TSS el ingeniero Luis Vera, director del Departamento de Termodinámica de la UNNE, a cargo del proyecto.

El aerodestilador utiliza el vapor para extraer las sales de arsénico que están presentes en el agua subterránea y dejarla apta para consumo humano.

Si bien la iniciativa pone el foco en atender la problemática acuciante en El Impenetrable, el dispositivo podría servir para otras comunidades aisladas de difícil acceso, ya que la escasez de agua de calidad es un problema global que va en aumento. Los investigadores comenzaron a trabajar en el prototipo el año pasado, luego de obtener un financiamiento del Instituto Chaqueño de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICCTI).

En general, uno de los métodos más utilizados para desalinizar agua es el sistema de ósmosis inversa, porque tiene ventajas como su eficiencia comprobada y bajo uso de energía. Sin embargo, tiene algunos requerimientos difíciles de solventar en lugares alejados, como la necesidad de un mayor mantenimiento y un cambio continuo de los filtros para su correcto funcionamiento. De hecho, este método se probó en algunas comunidades de El Impenetrable pero era difícil mandar técnicos a cambiar los repuestos por lo que, después de un tiempo sin uso, los equipos quedaron abandonados.

“En este caso, lo que estamos buscando son sistemas que puedan ser adoptados por las propias comunidades y que ellos los puedan manejar y hacer el mantenimiento. Por eso pensamos en sistemas básicos, que solo requieran bombas para extraer el agua pero que sean bien sencillos, sin mucha tecnología”, explica Vera.

La otra ventaja del dispositivo ideado por los investigadores es el uso de energías renovables, ya que son zonas donde no llega la energía eléctrica. Por ahora están probando un sistema de calefón solar pero también están evaluando otras opciones como la utilización de biomasa (como residuos forestales) y de paneles solares, para ver cuál resulta más eficiente.

«Lo que estamos buscando son sistemas que puedan ser adoptados por las propias comunidades y que ellos los puedan manejar y hacer el mantenimiento», dice Luis Vera, investigador de la UNNE.

Una tecnología sencilla, práctica y amigable con el ambiente

El aerodestilador es una torre de tres metros de alto que aprovecha la capacidad de transporte que tiene el vapor de agua para generar un proceso de intercambio entre el agua con sales y el aire, dando como resultado la obtención de agua destilada. El prototipo que están construyendo permite obtener unos 500 litros de agua al día en invierno y llegar a casi mil litros en verano. Consta de diversos sensores y un sistema de bombeo, que permiten optimizar la cantidad de agua obtenida minimizando la cantidad de energía que se requiere.

Dentro de la torre, que tiene 45 centímetros de diámetro, se encuentra el sistema de humidificación por donde se hace pasar el agua salinizada, que se encontrará con una corriente de aire calentada a 90°C. “A medida que aumenta la temperatura del aire, también crece exponencialmente la cantidad de agua que puede transportar. Luego, al enfriarse, el agua cae mientras que las sales van quedando separadas”, indica el ingeniero. Los investigadores ya comenzaron a realizar diversos ensayos para comprobar el funcionamiento del prototipo y ver qué cosas se pueden ajustar y mejorar.

Dentro de la torre, que tiene 45 centímetros de diámetro, se encuentra el sistema de humidificación por donde se hace pasar el agua salinizada, que se encontrará con una corriente de aire calentada a 90°C.

El objetivo final es realizar la transferencia de la tecnología a una empresa local con la que vienen conversando, que tiene la capacidad para fabricar los aerodestiladores, de forma que también se estaría aportando a la economía regional. Asimismo, evaluaron la posibilidad de transferirlo directamente al Estado pero Vera, que también es especialista en vinculación tecnológica, explica que esto es más difícil ya que no hay una estructura que facilite este tipo de transferencia.

“La idea es que, si esto funciona y el Estado tiene interés en obtener la tecnología, lo haga a través de una relación público-privada con la empresa, ya que en la universidad no tenemos la estructura para responder a las necesidades de producción. Así que esperamos que este año podamos terminar los ensayos para ver cómo funciona todo y hacer la transferencia a la empresa”, concluye Vera.